libros: la peste bucólica
Quise leer La peste bucólica después de una crítica que me llamó la atención. No conocía al autor y no sabía de qué iba el libro, aunque esto último procuro que sea así para todos los que leo. Me gusta el efecto sorpresa. Ahora, tras terminarlo hace dos noches, puedo decir que es uno de los libros con los que más he disfrutado en mucho tiempo.
Alejandro Cuevas, su autor, escribe con un lenguaje certero y un ritmo excelente. El libro está lleno de ideas brillantes, rebosa originalidad e inteligencia y todo ello bañado en ironía y sentido del humor. La novela se desarrolla mediante las voces de varios personajes distintos que se van intercalando, sin perder el hilo ni las características de cada una en ningún momento. La historia oscila entre el surrealismo y lo onírico, pero, entre tanto disparate continuo, es la realidad lo que subyace y se nos muestra desde un punto de vista ácido y desencantado. Seguramente es por eso que la diversión y las risas que provoca la novela no ocultan el regusto amargo y el pesimismo que rezuma de entre sus páginas.
La peste bucólica es una historia de locos y perdedores. Es difícil sentir simpatía o pena hacia los personajes, pero eso no impide que el lector disfrute al acompañarlos en su periplo vital y sus aventuras por Ciudad Gómez. Quizá mantener la distancia sea la única forma de no sentirse como uno más de los apestados. Quizá sea la única forma de no reconocer parte de uno mismo en los protagonistas.
"Ojala hubiera conocido a más gente. Así, a pesar de los vaivenes, habría conservado un pequeño porcentaje de amigos y no me sentiría tan solo, especialmente los domingos por la tarde, tan solo, tan solo, tan solo, tan jodidamente solo, como esos osos de las tómbolas a los que nadie abrazará nunca."
El libro se publicó en la Editorial Losada en el año 2003. No es una editorial de las grandes, ni mucho menos, así que probablemente tendrá muchos menos lectores de los que debería. Pero no me da reparo decir que puede ser una de las mejores novelas españolas de los últimos años. Si algún día lo ven en alguna tienda (la sombra de la descatalogación planea siempre sobre estos libros), anímense a leerlo, vale la pena.
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