29.9.08

www: pornografía y carroña

Esta mañana, a través de El lamento de Portnoy, me encontré con una entrevista, o supuesta entrevista, a Lautaro, el hijo de Roberto Bolaño.

Empecé a leerla intentando obviar el diseño cutre de la página, las exclamaciones, los colorines y las faltas de ortografía. Intenté incluso obviar cuánto me chirriaban las expresiones, la forma de hablar de Lautaro, que me parecía extraña en un adolescente español, y pensé que los periodistas serían chilenos y la habrían escrito a su manera. Aún así no pude llegar al final. Me vi a mí misma leyendo aquello y me pareció tan obsceno, tan absurdo, tan carente de sentido y de interés, que cerré la página en pocos segundos.

Cuando la semana pasada hablaba de cuánto se ha intentado exprimir la figura de Bolaño desde que murió me preguntaba, entre otras cosas, cuándo empezarían a aparecer los hijos. Ya lo han hecho. Y no puedo entender el interés de esta entrevista, desde ningún punto de vista. No creo que yo sea una ingenua por importarme únicamente la obra de un autor y, como mucho, sus opiniones y forma de pensar, en lugar de preocuparme por cómo es su familia o en qué trabajan sus amigos. Simplemente no tengo ese tipo de curiosidad, no siento morbo por la disección sentimental de las personas ni por la de su entorno. No me quedo viendo Tele 5 cuando están poniendo Está pasando o Salsa rosa o cómo quieran que se llamen ahora ese tipo de cosas. Y leyendo la entrevista me sentía igual que si estuviera haciendo eso.

Me vino a la cabeza varias veces un artículo que apareció en la última página de El País hace muchos años y que se me quedó grabado desde entonces, no sé muy bien por qué. Creo que lo leí en un avión y hablaba sobre el primer concierto que daba en un local el grupo del hijo de Víctor Manuel y Ana Belén. Se insistía en que los padres habían ido casi a escondidas o algo así, que no querían promocionar a su hijo de ninguna manera, sino que el grupo se buscara la manera de salir adelante y cosas de esas. Un publirreportaje que intentaba hacerse pasar por noticia, vamos. Pornografía dura.

No sé qué pasaría si Bolaño estuviera vivo y el grupo de su hijo fuera a tocar en un local, no soy adivina. Pero sospecho que la actitud hubiera sido distinta. Hablaba de sus hijos de vez en cuando, claro, pero de la misma forma natural en que hablaría cualquiera, y estoy segura de que lo hubieran tenido muy difícil para acercarse a ellos, para asaltarlos a preguntas sobre su padre. Si algo he aprendido leyéndolo durante estos años es que él los hubiera protegido de esas cosas. ¿Por qué entonces, debe ser distinto por el hecho de que ya no esté? En algún punto por encima de toda la carroña pseudo-periodística que presenciamos cada día tiene que existir un poco de sentido común, un mínimo de respeto. O, al menos, un límite en las cosas que se consideran "de interés".

3 comentarios:

Portnoy dijo...

Tuve mi reparo a la hora de enlazar la entrevista, pero pensé que sería mejor dejar que cada uno sacase sus conclusiones.
Un saludo, Ana. Gracias por poner las cosas en su sitio.

Ana Saturno dijo...

Gracias a ti por la visita y por tu comentario. Creo que tus reparos quedaban claros en tu entrada y entiendo que aún así enlazaras la entrevista. No se puede opinar sin saber primero qué es lo que hay.

Saludos

Shangri-la dijo...

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Un saludo.