discos: the fallen aristocracy / napoleon sweetheart
La portada de un disco, igual que la de un libro, es siempre su carta de presentación. Si está bien planteada mostrará, o al menos insinuará, qué se esconde tras ese envoltorio de diseño. Por eso cuando vi la portada de The fallen aristocracy EP, de los daneses Northern Portrait, supe que tenía que oírlo como fuera.
Las referencias en la entrada correspondiente de bolachas grátis estaban bien claras: The Smiths, The Smiths y The Smiths. Y sin embargo, cuando escuché Crazy, la primera canción de este EP y una de las que más me han gustado, hubo otro grupo que me vino a la cabeza enseguida: Gene.
Una de las cosas que mejor demuestra mi incapacidad para escribir críticas de discos es esta maldita costumbre de hablar de un grupo a través de los recuerdos o sensaciones que me ha causado otro grupo distinto en el pasado. Es quizá un despropósito y un sinsentido, pero para mí resulta algo inevitable y necesario. Existe una serie de discos que han sido importantes en mi vida, que me han acompañado durante muchos momentos, alegres o tristes, y cuyo recuerdo perdura en mí con más fuerza que las sensaciones que me produce cualquier disco nuevo. Por eso, el hecho de que estos dos EPs me hayan hecho retrotraerme a aquellas tardes de biblioteca en Madrid, cuando me pegaba tortas y más tortas con el cálculo y la física y Olympian sonaba sin cesar en mi walkman, sólo quiere decir que me han parecido magníficos.
Hay canciones en las que la huella de los Smiths se nota con más claridad, como In an empty hotel, del EP Napoleon sweetheart, que no puede negar a quién le debe su sonido. En general, los dos discos son una preciosidad pop sin rastro de cursilería o artificio. Los he puesto sin cesar desde ayer y a cada escucha las canciones iban ganando peso, como desenvolviéndose, como mostrándose con más y más claridad.
Tengo una teoría de la que quería hablar aquí hace tiempo, aunque aún no lo he hecho. Creo que todas las personas que escuchamos música de forma asidua y compulsiva tenemos una querencia especial por un tipo de pop determinado, distinto en cada caso. A pesar de que quizá no escuchemos música pop habitualmente, o no más que música de otros estilos, existe un cierto tipo de canciones que pulsarán en nosotros los resortes adecuados para ablandarnos el corazón. A algunos les pasará con determinados grupos de pop sueco, a otros con los cantautores estilo Nick Drake, a otros con grupos más comerciales o de tintes más rockeros. En mí pesa la época del brit-pop y lo noto: son los grupos como Northern Portrait los que me hacen temblar.
PD. Tengan en cuenta que yo escuché a Gene antes que a los Smiths. El producto de una educación musical desordenada y costosa en esfuerzo son esta serie de disfunciones que tendrán que perdonarme.
Las referencias en la entrada correspondiente de bolachas grátis estaban bien claras: The Smiths, The Smiths y The Smiths. Y sin embargo, cuando escuché Crazy, la primera canción de este EP y una de las que más me han gustado, hubo otro grupo que me vino a la cabeza enseguida: Gene.
Una de las cosas que mejor demuestra mi incapacidad para escribir críticas de discos es esta maldita costumbre de hablar de un grupo a través de los recuerdos o sensaciones que me ha causado otro grupo distinto en el pasado. Es quizá un despropósito y un sinsentido, pero para mí resulta algo inevitable y necesario. Existe una serie de discos que han sido importantes en mi vida, que me han acompañado durante muchos momentos, alegres o tristes, y cuyo recuerdo perdura en mí con más fuerza que las sensaciones que me produce cualquier disco nuevo. Por eso, el hecho de que estos dos EPs me hayan hecho retrotraerme a aquellas tardes de biblioteca en Madrid, cuando me pegaba tortas y más tortas con el cálculo y la física y Olympian sonaba sin cesar en mi walkman, sólo quiere decir que me han parecido magníficos.
Hay canciones en las que la huella de los Smiths se nota con más claridad, como In an empty hotel, del EP Napoleon sweetheart, que no puede negar a quién le debe su sonido. En general, los dos discos son una preciosidad pop sin rastro de cursilería o artificio. Los he puesto sin cesar desde ayer y a cada escucha las canciones iban ganando peso, como desenvolviéndose, como mostrándose con más y más claridad.
Tengo una teoría de la que quería hablar aquí hace tiempo, aunque aún no lo he hecho. Creo que todas las personas que escuchamos música de forma asidua y compulsiva tenemos una querencia especial por un tipo de pop determinado, distinto en cada caso. A pesar de que quizá no escuchemos música pop habitualmente, o no más que música de otros estilos, existe un cierto tipo de canciones que pulsarán en nosotros los resortes adecuados para ablandarnos el corazón. A algunos les pasará con determinados grupos de pop sueco, a otros con los cantautores estilo Nick Drake, a otros con grupos más comerciales o de tintes más rockeros. En mí pesa la época del brit-pop y lo noto: son los grupos como Northern Portrait los que me hacen temblar.
PD. Tengan en cuenta que yo escuché a Gene antes que a los Smiths. El producto de una educación musical desordenada y costosa en esfuerzo son esta serie de disfunciones que tendrán que perdonarme.
1 comentario:
Desde luego las portadas bien valen una Misa. He visto la foto en el maiespeis y es impresionante.
Las portadas de los vinilos son/eran maravillosas. A veces cogías un disco y sólo por su portada te gustaba necesariamente (por cojones) su música. Otras veces, las portadas te traen recuerdos acongojantes que se clavan en el alma.
Creo que los Smiths, sin tenerlos en mi particular altar, supusieron una influencia muy grande cuando la New Wave se había marchitado. Fueron un bonito revulsivo, pero tardaron muchos años en coger su testigo y la segunda parte de los ochenta fue una de las épocas más aberrantes y vacías de la escena musical. Y llegaron los Stones Roses en el 89 ....
Publicar un comentario