vídeos: stress

Supongo que durante una semana o dos se oirá hablar de este vídeo en todas partes. Menos en la televisión, que lo descubrirán dentro de un mes y entonces nos bombardearán en los telediarios con historias sobre la violencia.

Me he pasado un buen rato buscando información sobre él en blogs y páginas francesas en internet. La verdad es que no llegué a ninguna conclusión interesante. Demasiadas opiniones encontradas como para llegar a saber qué piensan los chicos de los barrios de las ciudades francesas sobre el vídeo, que es lo que yo quería encontrar. Peor aún, en YouTube (he intentado comprobar si el usuario de la cuenta tiene que ver con Justice o no, parece que sí, pero no estoy segura), el vídeo lleva esta nota complementaria (traduzco):

Es preciso decir, para aquellos que no lo han comprendido, que este vídeo no tiene nada de racista o discriminatorio; al contrario.
Este vídeo muestra el verdadero malestar en Francia, igual que en otros países.
Esperamos que les haga reflexionar.

Mi problema es que "el verdadero malestar" que quiere mostrar el vídeo no parece nada evidente. Que hará reflexionar, espero que sí. Pero en una lectura superficial no resulta sencillo evadirse de la violencia y la música para intentar buscar nada más. Hay mucha gente que no quiere realizar el ejercicio de ir un poco más allá y tratar de analizar qué se pretendía con el vídeo.

Por mi parte, me parece muy bien hecho y que le va que ni pintado a la música. Las intenciones del grupo o del director (Romain Gavras, hijo del director Costa-Gavras y cofundador del colectivo Kourtrajmé) puedo suponerlas o imaginarlas, aunque hasta que ellos mismos no se expliquen, no conocerlas con certeza. Que han conseguido llamar la atención, eso está claro. Sólo espero que los mismos de siempre no lo tomen como excusa para justificar posturas racistas, que es algo que muchos temen, por lo que he podido leer hasta ahora.

Para quien sepa francés, un pequeño resumen en esta noticia de Libération.

PD. Y mientras yo me devanaba los sesos tratando de interpretar seis minutos de violencia de ficción, Camilo Strange publicaba una entrada en su blog sobre violencia real. Hay que leerla.