30.6.08

variedad de lunes (iii)

Empiezo el día de nuevo con papeleos varios que me saturan y cuando por fin me siento sólo me apetece escuchar música tranquila. El número de discos que tengo pendiente de escucha rivaliza con el de libros pendientes de lectura, así que me dirijo a ellos intentando empezar a atacarlos por algún sitio. El elegido, True north de The Occasional Keepers, resulta ser justo lo que necesito para empezar a bajar las pulsaciones y que se me pase el acelerón con el que he comenzado la semana.

Abro la famosa página de Los indispensables de Radio 3 para ver como van las votaciones, supongo que por masoquismo puro y duro, y me encuentro con que una canción de La Buena Vida, Qué nos va a pasar, ha conseguido adelantar a La revolución sexual. Ha subido 3000 votos durante el fin de semana. Teniendo en cuenta que cada día sólo se puede votar una vez, por una sola canción (en teoría), me pregunto si de verdad tanta gente ha entrado en masa para votarlos. La revolución sexual, por ejemplo, no ha aumentado muchos votos desde que lo miré el viernes. Estos misterios de las votaciones por internet. Luces de Hollywood sigue teniendo los mismos insignificantísimos votos, pero yo vuelvo a votarla por llevar la contraria, que ya saben que me gusta.

Terminé Todo lo que muere y me gustó lo suficiente como para haber comprado ya la continuación, El poder de las tinieblas. Por suerte aún quedaba en una de las librerías de Las Palmas.

También me leí el primer capítulo del manual de la autoescuela y sobreviví.

El festival de jazz de Canarias empieza este viernes, y el miércoles día 9 ya tengo una cita ineludible. Yul Ballesteros, un buen amigo y músico excepcional, toca en la plaza Santa Ana como telonero de Spyro Gyra. Lo he visto tocar unas cuantas veces a lo largo de los últimos años, pero ésta será la primera desde que sacó su disco, esa preciosidad que es 121 Park Drive. Ahora que su página web ya funciona, es un buen momento para que les hable de él.

Para los habitantes de esta ciudad, que sepan que el concierto es gratis y además creo que no es el único del festival. Todos los que no tienen el botoncito de Ticket en el programa parece que lo son, así que es un buen mes para disfrutar de la música en directo.

En mi habitual apunte friki total de la semana, que sepan que mi gozo en un pozo con lo que dije de usar el Better GReader en español. La extensión sí puede usar ya, pero el Google Reader en sí sigue teniendo algunas restricciones si no lo usas en inglés, como por ejemplo las notas, que en español no están disponibles (y me parecen lo suficientemente útiles como para seguir usándolo en inglés). Habrá que seguir esperando, igual que con el Gmail.

Por último, les pego una imagen tomada del prólogo de la edición del Diccionario de la Real Academia Española de 1936. Una amiga comentó su sorpresa al leerlo y explicó cómo llegar hasta él a través de la página web. Me parece un documento digno de lectura (y de reflexión, pero eso ya no me lo pidan que mis neuronas están en horas bajas), así que lo dejo por aquí. Lo verán en grande al pinchar. Si quieren saber cómo se llega por la web, avísenme, que es un poco largo de explicar y estoy gandula hoy.
Feliz semana a todos. Ya sólo me quedan dos para irme de vacaciones.

Actualización: durante el tiempo que tardé en escribir esta entrada, los votos para la canción de La Buena Vida aumentaron en casi 100. Los del resto de canciones permanecen más o menos igual. Dicho queda.

Nueva actualización: acabo de comprobar que no hace falta esperar un día para volver a votar. Con cerrar el navegador y volver a abrirlo parece que es suficiente. Y es lo último que diré sobre esta bobería, que al final va a parecer que me importa o algo.

27.6.08

personal: un pequeño hito

Señores, hoy es un día histórico. Acabo de matricularme en la autoescuela.

personal: el pasado en casa

Hoy voy a comer con una amiga muy querida a la que no veo desde hace siete años. En este tiempo no hemos hablado nunca, no nos hemos escrito, no nos hemos mandado ningún recado a través de amigos comunes. Nunca nos peleamos ni dejamos de hablarnos, simplemente el tiempo fue pasando sin que nos pusiéramos en contacto.

Cuando ayer cogí el teléfono y la llamé no tenía mérito: yo jugaba con ventaja. Ella no sabe nada de mí ni de mi vida, no sabe si mi aspecto es el mismo que el de la última vez que nos vimos; si trabajo, estudio o estoy en paro; si me he casado o me he metido a monja; si tengo hijos, perros o gatos. Pero yo sé, conozco su aspecto y su trabajo, he seguido sus pasos de cuando en cuando. Lo tenía fácil: mi amiga es actriz.

Nos conocimos en Madrid y pasamos juntas por tiempos convulsos, cuando éramos más jóvenes y todas las emociones se vivían a flor de piel. Ella, en aquella época, ya tenía la vocación bien arraigada. Participaba en cuanta obra de teatro se le ponía por delante. La he visto curtirse en todo tipo de actuaciones: cómicas, dramáticas, con baile incluido, lo que hiciera falta. Pasó del teatro amateur al teatro alternativo, y de ahí a los pequeños papeles en televisión. Algún capítulo suelto de alguna serie que sus amigas nos grabábamos unas a otras para verla. Después, los papeles más o menos estables como secundaria, incluso en una serie con mucho tirón. Y el teatro profesional, con gira por todo el país incluida, que va a permitir que volvamos a vernos no en Madrid, sino en esta isla.

Ayer hablamos como si nos hubiéramos visto el día anterior. Como si no hubiera pasado el tiempo, como si siete años no fueran nada. Quedamos en que hoy la llamaría cuando me liberara de mis obligaciones diarias y comeríamos juntas. Quedamos en que nos pondríamos al día de nuestras vidas. Después colgué, volví a sentarme ante el partido de la selección con calma aparente y fingí estar pendiente de los goles y las jugadas. Pero, por dentro, no podía parar de pensar algo tan estúpido como qué ropa me pondría hoy.

Cuando el pasado viene de visita a casa, una quiere estar lo más presentable posible. Aunque el pasado sea una amiga y el cariño se mantenga intacto.

26.6.08

www: canciones ¿indispensables?

Durante la mañana de hoy, he visto esta votación enlazada en tres blogs distintos, y ninguno de ellos hacía referencia a los otros, así que me imagino que se estará comentando por todas partes. De todas formas, donde primero lo leí fue en Loveof74.

Resulta que el próximo 4 de julio se celebra el "Día de los independientes", que a saber quién se ha inventado tal cosa, y en Radio 3 han decidido convocar una votación en internet para elegir "las mejores canciones de la música independiente española". Por supuesto, como toda votación de este tipo, está viciada desde el principio por una serie de errores comunes: se elige de entre una lista cerrada, no se pueden proponer temas al margen, se mezclan estilos como churras con merinas, hay fecha de inicio pero no de fin...

De estos errores, el último es el que me parece más importante, sobre todo después de ver cómo van las votaciones. En este país la gente no tiene memoria, así que si mezclamos canciones de 1978 con canciones de este año, estas últimas siempre tendrán ventaja. No sólo por la falta de memoria, sino también por la falta de perspectiva. En la música, como en muchas otras cosas, a veces hace falta tiempo para valorar todo en su justa medida. Si me hubieran pedido en 1995 que eligiera tres canciones de un conjunto de 10 de mis discos y hoy me pusieran los mismos discos delante y me hicieran la misma pregunta, estoy segura de que el resultado sería distinto.

Además, los votantes más jóvenes es muy probable que no conozcan muchas de las canciones con más años, por lo que las nuevas tienen aún más ventaja.

La revolución sexual es una canción que está muy bien, pero de ahí a elegirla como la mejor con diez veces más votos que el resto, media un trecho que no se debería haber recorrido. La canción que va segunda por ahora es de Vetusta Morla, un grupo del que no he escuchado nunca nada.

Puestos a hacer de Nostradamus, voy a pronosticar el futuro de la votación. Si el lobby de Los Planetas se entera del asunto, Mi hermana pequeña va a subir como la espuma. Si el lobby canario se entera del asunto, Borracho hasta el amanecer (el himno de la juventud canaria desde hace muchos años, es posible que nunca hayan oído hablar de ella, pero aquí casi es una asignatura más) va a subir como la espuma. Como me dejen votar todas las veces que quiera, Luces de Hollywood va a subir como la espuma.

Lo último es broma, pero en este tipo de votaciones siempre acabo con la frustración de que las canciones que yo elegiría no estarán nunca en los primeros puestos. Por ejemplo: Ráfagas, Manuel Raquel (sí, qué pasa, me encantaba de pequeña), Luces de Hollywood, El pistolero... Y sí, también votaría por Borracho hasta el amanecer, aunque necesitara páginas para explicarles cómo influyeron Los Coquillos en todos los de mi generación.

No entiendo por qué de La Buena Vida no está Magnesia. No entiendo por qué de Los Ilegales no está Princesa equivocada o Problema sexual. No entiendo por qué de El Último de la Fila no está Aviones plateados, que para mí es una de las mejores canciones que se han escrito nunca en España.

No entiendo por qué muchas canciones están dos veces (Voy a aterrizar, En bicicleta). Me imagino que esto lo corregirán.

No entiendo por qué me molesto en cogerme pataletas con estas cosas, si siempre es lo mismo.

25.6.08

the end: el palacio de la música

Otro cine que muere en Madrid.

Cada dos por tres aparece una noticia como ésta, de las que me hacen pensar que cuando me fui de Madrid no me daba cuenta de que estaba muriendo una época. Algún día no conoceré mi segunda casa cuando vaya de visita.

Mierda de globalización y mierda de fashionismo y de ciudades-fotocopia.

www: bbc 1 en el sónar

Gracias a Core News ya está disponible la noche BBC 1 en el Sónar para descargar. En la información no hace distinción entre lives y dj sets, pero la hubo.

Lo de Shackleton es un directo, Flying Lotus hizo un dj set y Mala no lo sé porque no pude verlo.

variedad de miércoles que es lunes

Ayer fue San Juan en Las Palmas, fiesta local, así que hoy estoy de lunes en pleno miércoles. Lo malo es que estoy dormida, dormida, dormida y no doy para mucho, pero intentaré escribir algo coherente de todas formas.

Hoy he descubierto que empiezo a tener problemas para distinguir lo que leo y lo que escribo. Es decir, que no me acuerdo de si he hablado antes en el blog de determinadas cosas o no. Ahora, por ejemplo, he tardado más de dos horas en encontrar en el blog una foto que saqué en Barcelona cuando el Primavera y que estaba segura de haber subido ya. Y sí, la había subido, pero en una de las entradas del dossier sobre Mutantes y no en una independiente. Así me pasa que cada día cuesta más encontrar el cabo de la madeja correcta para ir deshaciendo el camino andado.

Esto viene al hilo de este artículo de Juan Freire sobre el interesante proyecto cameraMap de Medialab-Prado.

La presencia de medidas de seguridad a nuestro alrededor, aparte de ser una medida disuasoria para los "malos", puede generar una sensación de alerta ante el peligro del que supuestamente se nos está protegiendo. Por lo tanto, ¿es posible que en muchos casos la abundancia de medidas de seguridad genere un efecto contrario de inseguridad y miedo? Curiosamente, a través del miedo es más fácil conseguir un mayor control y aceptación de estas medidas por parte de los controlados.
Yo sigo en mis trece, quejándome del cerco vigilante y del cerco invasivo a los que estamos sometidos. En cuanto tenga un rato, habrá una entrada sobre el tema en otra crítica literaria.

Leo esta entrada sobre Jad Fair en Loveof74 y me vuelvo a desesperar por mis lagunas musicales en la música de determinados periodos. Tanto su nombre como el de Half Japanese me suenan terriblemente familiares, pero no soy capaz de encuadrarlos en mis recuerdos. No puedo asociarlos a ninguna canción ni momento concreto, no sé si los he escuchado antes o no. Así pues, como tantas otras veces, me dispongo a buscar material sobre ellos y empezar desde el principio. Casi siempre que he hecho algo así he acabado con una lista de discos maravillosos que quiero conseguir a toda costa... y que están descatalogados e inencontrables. La vida del ansioso omnívoro musical es dura.

Intentando aplacar esa ansiedad, he entrado en mi eterna wish list de Amazon y he borrado algunas de las cosas que tenía guardadas. Conciertos mediocres en el Primavera y el Sónar me han ayudado a tomar la decisión. Y también el convencimiento de que va a pasar bastante tiempo hasta que pueda hacer otro pedido, claro. Más o menos el que tarde mi sentido común en rendirse ante el concepto de imprescindible establecido por mi lado consumista.

A todas estas, después de cuatro días desconectada del lector de feeds, he tenido que renunciar a procesar la mayoría de las entradas pendientes sobre canciones en mp3. No puedo escucharlas todas ni acumularlas para un proceso de limpieza posterior. En algún momento hay que rendirse aunque sea un poco. A pesar de eso, hay algunas que me niego a saltarme, como las de Lito Music, por ejemplo, que además está de lo más prolífico estos días, así que de todas formas estoy escuchando una canción nueva (para mí) tras otra. Algunas de ellas son estupendas y ya estoy inaugurando la carpeta de un nuevo mix.

El lunes, por cierto, me lo pasé entero escuchando las canciones del MySpace de Chiquita y Chatarra, después de leer esta entrada de Canibalismo cósmico. Me parecieron maravillosas y ahora me pondré con el disco. Lo único malo es que creo que no se puede conseguir en CD, pero esperaré a que se hagan ultrafamosas y lo editen así también. Para los que puedan escuchar vinilo, así sí pueden comprarlo y además en una edición preciosa.

Y en el mundo lector, gracias a una edición de bolsillo de Tusquets, tengo nuevo autor policiaco al que engancharme: John Connolly, sobre todo en su serie sobre Charlie Bird Parker (sí, otro Charlie Parker). Compré Todo lo que muere en la primera de mis dos visitas Barcelona de este año y aproveché el avión de la segunda para darle un buen empujón a su lectura. No la he terminado aún, pero ya puedo asegurar que es lo suficientemente buena como para reseñarla.

Es una novela policiaca de corte clásico, escrita de forma impecable (por suerte la traducción es bastante buena y no me ha chirriado en ningún momento), tan entretenida como debe ser y con un detective de los buenos, lleno de luces, sombras y conflictos interiores. Por lo que he visto, el segundo título de la serie (El poder de las tinieblas) también está en bolsillo, así que trataré de encontrarlo hoy. Y yo feliz de tener más novelas negras para devorar.

Un apunte friki: ya descargué e instalé la versión 3 del Firefox. Por ahora he notado un aumento considerable en la velocidad, va muchísimo mejor que el otro. En el lado malo, algunos de mis complementos ya no sirven (el Add-Art sobre todo lo voy a echar de menos), aunque no creo que tarden mucho en hacerlos compatibles. Por otro lado, me he encontrado con la agradable sorpresa de que el Better GReader ya sirve con el Google Reader en español, cosa que echaba de menos, más que nada porque se me desconfiguraba todo el rato y ya no me pasará. Sólo falta que el nuevo Gmail con etiquetas de colores y tal también sirva en español.

Una última cosa que quizá necesitaría una entrada aparte para que la entendieran, y también remontarme a cuando tenía 11 años, cosa de la que los voy a librar. Ayer me dijo Jenaro que el día 26 de agosto viene Juan Luis Guerra a Gran Canaria. Algunos de sus discos, especialmente Bachata rosa y también Ojalá que llueva café, están en mi educación musical de niña y han perdurado conmigo, así que tengo nuevo concierto a la vista. Y además me hace muchísima ilusión.

¡Acompáñeme, civil, al destacamento!

23.6.08

conciertos: sónar 2008, la anticrónica

Espero que esos señores tan majos que son los redactores del Fotogramas no se enfaden conmigo por plagiarles una de las secciones que más me gustan de la revista, Farenheit 451.

Empezamos.

ZONA GLACIAL

  1. Esta vergüenza de Europa en la que vivimos, que maltrata y desprecia impunemente a los ciudadanos anónimos en los aeropuertos y pone todo tipo de trabas para otorgar visados. Konono nº1 no pudieron salir de Kinshasa porque no les dieron el visado, tal y como yo sospechaba hace unas semanas que ocurriría. Se cumplieron los peores presagios y seguimos sumando sinrazones y abusos en este primer mundo.
  2. Que la organización del festival no avisara de las cancelaciones con antelación ni diera explicaciones, excepto, tal y como supe luego, a través de las noticias en su página web. Lo habitual cuando uno está en un festival no es estar mirando el ordenador todo el rato, así que un poco de información in situ no hubiera estado mal.
    El escenario del Sónar Village permaneció desierto durante la hora a la que se suponía que estaría pinchando Take y no hubo avisos por ningún sitio. En cuanto a Konono Nº1, sólo nos enteramos de que finalmente no podían tocar cuando llegamos al recinto y vimos a El Guincho en su lugar. Un lacónico folio que colgaba de un chiringuito decía "Konono Nº1 just cancelled. El Guincho live now!". Mentira cochina. Konono no cancelaron, los hicieron cancelar. Y podían haberlo dicho antes, puesto que el miércoles por la noche lo oyó Jenaro en la radio mientras yo hacía la maleta y me avisó, pero no estaba seguro del nombre del grupo y yo mantuve la esperanza hasta el final.
    Tres cuartos de lo mismo para la cancelación de Erol Alkan, de la que me enteré al llegar a casa ayer.
  3. Los abusivos precios de las bebidas. Si en el Sónar de Día todo era caro, el aumento de 50 céntimos en todos los productos líquidos en el Sónar de Noche ya era una tomadura de pelo en toda regla. Pagar 2 euros por una botella de agua hacía añorar los precios del Primavera.
  4. Las descompensaciones en la programación. Los terribles solapamientos del viernes por la noche contrastaron con algunos vacíos durante el sábado, si no querías escuchar tralla todo el rato, acentuados por la cancelación de M.I.A. Lo del viernes fue terrible de verdad, me perdí a Mala y a Justice, además de parte de Yelle, Mary Anne Hobbs y Flying Lotus.
  5. La programación del jueves por la noche. Poner sólo tres conciertos, sin DJ de continuidad para amenizar la espera, con un espacio de casi una hora entre Goldfrapp y Leila, hizo que me convenciera de que había sido un error pagar más por asistir a esa noche. Además, no era ni la hora ni el lugar para ver a Leila, cuyo concierto necesitaba un recinto mucho más íntimo donde poder concentrarse en la música.
  6. El comportamiento de parte del público en determinados conciertos, que sólo puede describirse como irrespetuoso, maleducado y grosero. Me parece estupendo que la mayoría de la gente vaya al Sónar a bailar y que sólo quiera caña, pero eso no es incompatible con tener un poco de respeto y consideración en los conciertos que son distintos.
    En el Sónar Hall (para los del Primavera: lo más parecido al Auditorio), un recinto cerrado durante el Sónar de Día con una programación que no era para masas, era imposible disfrutar de cualquiera de los conciertos por culpa del murmullo general. Hubo incluso algunos en los que estuve moviéndome durante medio concierto, hasta conseguir situarme en alguna zona donde no se pasaran todo el tiempo hablando a mi lado. En The Black Dog no lo conseguí y acabé marchándome. Y quiero que quede bien claro que en la mayoría de los conciertos del Sónar Hall los que no paraban de hablar eran españoles.
    En el concierto de Leila durante la noche inaugural los silbidos y pitidos fueron habituales, además de los gritos de distintos grupos de guiris borrachos que no pararon de cantar We are your friends entre canción y canción. Me imagino que pensaban que esa noche iban de fiesta loca y se encontraron con una programación distinta, pero eso no los exime ni evita que sean unos energúmenos descerebrados sin un pizco de educación.
  7. La saturación de videocámaras y cámaras de fotos. Si tienes cierta fobia a salir en fotos o vídeos ajenos, como me pasa a mí, aquello era un infierno. Mucha gente ni siquiera prestaba atención a los conciertos, ni siquiera bailaban, sólo se sacaban una foto tras otra con las que supongo que luego dirán "mira qué bien lo pasamos", pero en realidad es mentira, no lo pasaron bien, sólo pasaron el rato.
  8. Bonde Do Role. Sus bromas sexuales, que con Marina tenían su punto de gracia, se han convertido en un chiste malo que yo desde luego ya no quería oír. El sonido de sus conciertos sigue igual de lamentable, pero esta vez además el volumen llegó al punto de ser atronador. Si a eso le sumas que no les veía la gracia por ningún sitio, el resultado es que a la segunda canción salí pitando.
  9. Los precios de las consumiciones en Clickair, esa compañía de supuesto bajo coste de Iberia. Me pasé las tres horas del avión de vuelta (a la ida fui con Spanair) muerta de hambre, pero cada vez que abría la carta y leía los precios la indignación me corroía y volvía a dejarla sin pedir nada. Después de tres días de festival estaba hasta los pelos de que intentaran timarme cada vez que quería comer o beber algo.
  10. Los pequeños y estúpidos inconvenientes físicos que me asaltaron durante jueves y viernes noche (lo que aquí llamamos dolor de barriga) y me impidieron disfrutar del festival en condiciones.

NI FRÍO NI CALOR
  1. Yo Majesty
  2. Tara De Long
  3. Ben Watt
  4. Yelle. Pero no fue culpa de ella, de hecho la gente parecía pasarlo bien, pero yo me encontraba mal en ese momento y no pude disfrutar del concierto. Quizá hubiera podido estar en la siguiente categoría.
  5. Frankie Knuckles y, en general, todos los DJs de house que hubo en el festival, está claro que no es lo mío.
  6. Que hubiera como un 40% de acreditados. Conté nueve tipos distintos de acreditaciones. Al final, una se sentía pringada total por haber pagado un abono (nada barato, por cierto). Igual en el Primavera también hay muchos y disimulan más, pero aquí, con su cartelito colgado al cuello, saltaban a la vista.
  7. Haberme dejado en casa la cámara de fotos. Cuando me di cuenta, mientras el avión aterrizaba en Barcelona, me llevé un disgusto considerable, pero luego, tras la saturación de cámaras que había a mi alrededor, casi me alegré de no estar pendiente yo también de sacar fotos a los artistas que veía.
  8. Que el dios de las cuarentonas juerguistas se vengara de mí mandándome sendos viajes de fin de curso en los aviones de ida (instituto) y vuelta (colegio). Sobre todo a la ida, fue ver a los niños y que se me cayera el alma a los pies, pero luego resultó que estaban sentados al final del avión y no los oí en todo el rato. Lo mismo sucedió a la vuelta. Está claro que para cierto tipo de excursiones sí se organizan bien los asientos.
  9. Neon Neon. Tienen unas canciones chulísimas, un buen sonido en concierto, unas proyecciones estupendas, unos instrumentos de lo más fashion y una actitud de mierda. El cantante y la guitarrista podrían al menos disimular sus caras de "en realidad no quiero estar aquí". Además, alguien debería decirle a ese híbrido entre Rudy Fernández y Cat Stevens que es Gruff Rhys que no se le entiende un pimiento de lo que dice entre canción y canción, y no es por su acento, es que habla para su barba. Sólo Har Mar Superstar, el invitado especial, puso un poco de ganas en la actuación. Bueno, Boom Bip sonreía de vez en cuando y el batería no paró de sonreír en todo el tiempo, por si sirve de algo.
    Si sus canciones no me gustaran tanto como para haber cantado y bailado de todas formas, me hubiera dado cabezazos contra la pared por haberme ido a la mitad de Yazoo para verlos.
    Y por cierto, nunca los he visto, pero ¿tienen también esta languidez y horchata en lugar de sangre los Super Furry Animals en concierto? Sospecho que no.
  10. Goldfrapp. Un sonido perfecto para un concierto que empezó flojo y fue cada vez a más hasta que, de pronto, se terminó. No duró ni 50 minutos. Y todo el público, boquiabierto y decepcionado. Conté nueve canciones (rememorando cuando terminó). Dudo mucho que fueran más.

CALDEADO
  1. Chacho Brodas, un comienzo de festival estupendo.
  2. Bass Clef y todos sus instrumentos, incluyendo pitos y matasuegras. Además, fue el músico al que vi de público en más conciertos de todo el festival.
  3. Two Pias DJs, levantando los ánimos y haciéndonos bailar y reír la primera tarde.
  4. El Guincho, consiguiendo que la gente bailara a las cuatro de la tarde del viernes a pesar de la que estaba cayendo (un solajero insoportable), y a pesar de que no estaba previsto que hiciera un directo, sino sólo un dj set dos horas antes.
  5. Kalabrese presents The Rumpelorchestra, que sonaba de maravilla, aunque no pude ver el concierto entero.
  6. DJ Yoda. La idea de su Magic Cinema Show es muy buena, está bien ejecutada y por momentos te ríes mucho, pero hay demasiados parones y los cambios de ritmo acaban por saturar. Es como una sucesión de coitus interruptus sin parar durante hora y media, y tampoco hay necesidad de estar sufriendo así. A pesar de eso, tuvo momentos muy buenos.
  7. Hercules & Love Affair. No pude ver el concierto completo, pero el rato en el que estuve sonaba bastante bien y ellos estuvieron encantadores, llegando incluso a sacar fotos al público y agradeciendo que hubiera tanta gente para verlos. Aún así, se nota la falta de Antony en los directos.
  8. Deepchord presents Echospace. Yo tampoco estaba ahí en plenas condiciones, pero son muy buenos y lo demostraron más de lo que yo esperaba.
  9. Yazoo. Si no hubiera sido por Neon Neon, me hubiera quedado durante todo el concierto. Sonaba muy bien, a pesar de que a Alison Moyet la voz parece haberle cambiado muchísimo (y menuda potencia de voz, por cierto), pero me gustó bastante. Ella, además, estuvo muy simpática.
  10. El recinto del Sónar de Noche en la Fira Gran Vía 2, con tanto espacio que en esta isla no cabría. No pasé apretones en ningún momento, cosa que no puedo decir del Sónar de Día, que está pensado para menos gente de la que va en realidad.
    Especialmente bueno era el escenario Sónar Lab, una maravilla para minorías con un sonido que hasta hace poco rato he tenido martilleándome en los oídos. Y otra idea fantástica eran las gradas del Sónar Park, donde pude ver muchos conciertos sentada cuando mis condiciones físicas flaqueaban, o el de Róisín Murphy, que de estar abajo no hubiera visto tan bien el escenario como en la grada de enfrente por la cantidad de gente que había.

AL ROJO VIVO
  1. Toda la noche del viernes en el Sónar Lab, tremenda. Sólo me despegué de allí para ver a Róisín Murphy (me perdí a Mala por eso), y creo que por cualquier otro no lo hubiera hecho, pero no me pude resistir.
  2. El buen rollo, en general. Excepto los problemas que he contado en los conciertos del Sónar Hall y en el de Leila, la gente iba a divertirse y ver divertirse a los demás. Sobre todo bailando, todo hay que decirlo, que en los tres días sólo vi a un dos chicos bastante perjudicados. Los demás, aguantaban en pie como campeones, nada de explanadas y caminos llenos de gente hecha polvo como suelen verse en el FIB. Y no era porque no hiciera calor, que lo hacía y mucho.
  3. Mary Anne Hobbs. La sesión estuvo muy bien, pero me perdí parte del principio porque aún estaba viendo a Yelle.
  4. Flying Lotus, al que además le doy el título de DJ más simpático. No paró de reírse mientras pinchaba, daba gusto verlo tan contento. La sesión, espléndida, aunque eché de menos que hubiera sido un directo en su lugar.
  5. Róisín Murphy, que sí se dejó la piel para dar un buen concierto, no como otros.
    Sobre una camiseta blanca y unos pantalones negros, se cambió de ropa y accesorios en todas y cada una de las canciones. Bailó tanto que tuvo que acabar exhausta, y reconozco que se me puso el corazón en un puño cuando la vi sacar una silla como la de su accidente de hace unos meses. Creo que ése fue el único número en el que se cortó un poco, cosa lógica, pero por lo demás se movió por todo el escenario sin parar. El sonido no era tan perfecto como lo fue el de Goldfrapp, pero se fue entonando a lo largo del concierto, hasta culminar con Overpowered y Ramalama (Bang bang), que fueron las dos mejores canciones que tocaron. Todas las canciones, además, sonaron completamente distintas a las versiones de los discos, cosa que se agradece, un poco de innovación.
    Espectacular, por cierto, el inicio, con los músicos tocando en la semioscuridad y la aparición de las dos chicas del coro bailando al estilo Devo. Todos los que estábamos en las filas superiores de la grada nos pusimos en pie y ya no paramos de bailar ni un segundo. Suerte que aguantó.
  6. Buraka Som Sistema en sus dos sesiones del sábado. Me salvaron la noche.
  7. Shackleton. Un directo magnífico, me hubiera quedado toda la vida allí, escuchándolo. De los mejores del festival, sin ninguna duda.

  8. Y ahora, por favor, un redoble y un momento de atención, que llegan los tres mejores conciertos de todo el Sónar.

  9. Tender Forever, o de cómo una sola persona puede hacerte bailar, hacerte reír, emocionarte, erizarte la piel, engancharte a sus canciones y hacerte desear que el concierto durara más, mucho más de la hora y algo que le permitieron tocar. Y todo eso sin haber escuchado antes ni una sola de sus canciones, sólo guiándome por la recomendación leída hace ya tiempo en Fuck me I'm twee, que se me había quedado grabada y por eso corrí para estar allí a las cinco de la tarde. Qué suerte leer blogs, qué suerte fiarme de ellos y qué suerte que en la progamación del Sónar tengan cabida propuestas tan distintas.
    Mélanie Valera se ganó mi simpatía, mi cariño, mi respeto y mi admiración; además de ser la primera artista no española en formar parte de mi campaña "Apoya a los músicos que valen la pena". Me tuve que recorrer todo el festival buscándolos, pero al final encontré sus discos en la caseta del merchandising y compré los dos.
  10. Buraka Som Sistema en concierto, o de cómo bailar en el festival más in del país como si tuviera 15 años y estuviera en una de esas noches de los Carnavales de Las Palmas en las que sólo ponían salsa en los chiringuitos y bailábamos sin parar hasta el amanecer. La continuación de la noche BBC 1 en el Sónar Lab fue un concierto y una fiesta, con la energía desbordando el escenario y al público. También fue una demostración de cómo aunar todo tipo de influencias (la música angoleña, brasileña, el dubstep, la música de baile de los 90), actualizarlas y convertirlas en un torrente imparable de sonido y ritmo.
    El concierto, además, fue muy divertido. Cuando empezaron a cantar I like to move it sobre la base del Night de Benga y Coki yo me partía de la risa. Los tres MCs, Conductor, Kalaf y Sabrosa, una chiquilla que tiene o aparenta 16 años y unas tablas en el escenario que ya quisieran otras, hicieron lo imposible por mantener el nivel durante todo el tiempo, una hora y pico larga. Hablando en inglés y español, cantando, moviéndose sin parar, consiguieron que hasta la última persona del público se enterase de lo que es el kuduro. Lo único malo de todo el concierto, si es que se puede decir que tuviese algo malo, fue precisamente ese público, que debía de estar compuesto por panolis o sonados, porque no había manera de que respondieran a las peticiones de participación del grupo. No fue el único concierto en el que presencié algo así, de hecho sucedió en todos. Supongo que es una más de las diferencias entre un festival de música electrónica y uno de rock.
  11. COH plays Cosey, o de cómo llegar al Sónar Hall huyendo de una tarde de sábado con demasiado calor, demasiada gente y demasiada tralla y encontrarte con un regalo inesperado y maravilloso. Más que cualquiera de los conciertos en los que yo había puesto mis expectativas. Con un símil banal, diré que fue como una de esas noches en las que sales un poco desganado a tomar sólo una cerveza y acabas llegando a tu casa a las siete de la mañana diciendo que ha sido la noche más divertida en muchos años.
    Soy consciente de que es muy probable que yo no hubiera llegado a este disco nunca. De hecho, sé que estuvo para descargar en bolachas grátis y yo no sólo no lo bajé, sino que ni leí lo que ponían de él. Supongo que la música electrónica atmosférica, evocadora y experimental no entraba dentro de mis quinielas. Y sin embargo, allí estaba yo, enganchada a aquellos sonidos desde la primera nota, incapaz de abandonar la sala; más aún, avanzando cada vez más hasta situarme en el centro, delante de Ivan Pavlov y su chaleco naranja fluorescente iluminado por dos focos blancos, en aquel mínimo espacio en el que nadie hablaba y el chico que estaba a mi lado y yo formábamos una burbuja en la que el sonido iba martilleando poco a poco, hasta conseguir romper la corteza y hacer que nuestros movimientos se aceleraran para llegar a algo que podríamos llamar baile durante la larga, rítmica y ascendente recta final.
    Ivan Pavlov sonreía y sacudía la cabeza después de cada trozo especialmente escarpado o difícil. Sonreía como si fuera consciente de que lo que nos estaba ofreciendo no era fácil de digerir, pero sin embargo, lo era, o al menos lo parecía. Las muestras de la voz de Cosey Fanni Tutti se percibían como navajazos directos al corazón. Cada nota que recordara al sonido de algún instrumento de percusión eran los golpes que lo hacían revivir después de la agonía.
    Me resulta muy difícil explicar cómo era aquella música. No estoy acostumbrada a escuchar ese tipo de sonidos, así que menos aún a ponerlos en palabras. Pero me gustó tanto estar allí que sólo ese concierto valió un festival entero.
    Supongo que se notaba, porque en un determinado momento, mientras me movía con los ojos cerrados, sentí la luz de un flash sobre mí, y al volverme me encontré al chico que estaba a mi otro costado sacándome fotos. Así que, si algún día lees esto, que lo dudo, europeo de procedencia indeterminada aunque no española, te agradecería que borraras mis fotos. Creo que ya ha quedado claro que no soy muy fotogénica y odio salir en fotos ajenas. Sin embargo, tengo que decir que en aquel momento no me importó ni lo más mínimo.

Y hasta aquí, mientras escucho de fondo los voladores que celebran que ya es San Juan en Las Palmas (es el patrón, mañana es fiesta local y no trabajo), lo que dio de sí el festival para mí. No he leído ninguna otra crítica y las opiniones que yo he dejado aquí son, cómo no, personales y subjetivas. No me cabe la menor duda de que cualquier otra persona, con otras circunstancias, habrá vivido el Sónar de forma distinta. Probablemente con otra hoja de ruta y con otra percepción de los conciertos, pero lo que aquí queda es la única manera en que pude vivirlos yo.

Por último, aunque dudo mucho que lea estas líneas, quiero darle las gracias a Ramón, el periodista de La Vanguardia con el que estuve charlando mientras pinchaban los Buraka la noche del sábado, por la conversación, que fue muy agradable y a mí, además, me sirvió para reordenar y recapitular mis ideas sobre el festival. No podré leer sus crónicas (no están en la web), pero seguro que estarán muy bien.

Y gracias también a Jose, el amigo con el que fui al festival, que me soportó y me ayudó cuando mi malestar me hizo estar de un humor de perros. Y eso no es nada fácil.

Ahora sí. Doy por cerrado el capítulo de los festivales de verano, y con ellos, mis principales posibilidades para ver música en directo. De aquí a final de año, hablaremos de la mortalidad del cangrejo de río.



En la imagen, de porthole_head, COH plays Cosey.

(Vale, lo último es broma.)

18.6.08

breves: volando voy

Hoy ha sido uno de esos días terribles. Errores de hace un mes en la oficina que saltan hoy y hay que corregir durante horas, papeleo y burocracia para empezar el día, dolor de pies para terminarlo... En fin. En un ratito estaré haciendo la maleta y tratando de olvidarme de todo eso.

Mañana vuelvo a levantarme a esa hora indecente e inmoral que son las cinco de la mañana para coger el vuelo de las 06:20. Espero que los pasajeros de las filas cercanas sean más silenciosos que los de la última vez y me dejen dormir en el avión. Pero, por si acaso necesito algún bálsamo sonoro que me ayude, intentaré llevar en el iPod discos que me relajen, que a esa hora los voy a necesitar. Experiencias anteriores demostraron que estos discos son excelentes compañeros de vuelo para horas infernales:

No es que sean pocos, es que el primero de ellos me acompañó en todos mis viajes durante muchos años. Lo tenía grabado en cinta y lo llevaba en el walkman cada vez que volaba. Para una estudiante canaria en Madrid no es que fueran muchas veces, pero las seis al año (contando ida y vuelta) no me las quitaba nadie. Acabé comprándolo una bonita tarde de lluvia en el Madrid Rock que estaba cerca de la plaza de las Comendadoras. Si esta noche aún me quedan fuerzas, miraré a ver si también lo tengo en mp3 para llevármelo.

Este blog se toma un descanso durante cuatro días. Volveré con los pies más doloridos que hoy, pero seguro que mucho más contenta. Prometo hacer crónicas del Sónar a la vuelta, pero más cortitas que las del Primavera.

Feliz fin de semana a todos.

17.6.08

agenda: mysonar

¿Qué, ya creían que no iba a dar la lata con el Sónar, eh? Pues me he estado conteniendo bastante, pero ahora llevo desde ayer pegada a la radio del festival y creo que ya va siendo hora de hablar un poco de él.

En primer lugar, la radio del Sónar está emitiendo estos días música de los artistas que van al festival, lo que me viene muy bien para ponerme las pilas y conocer cosas nuevas. Sobre todo porque no me iba a dar tiempo de buscar música de todos los nombres que no conozco y con la radio puedo ir supliendo muchas carencias. He escuchado temas muy interesantes de Daedelus, Tara De Long, Christopher D Ashley y Pilooski, por ejemplo. Además, funciona en el Mozilla Firefox, lo que es un punto a favor.

En segundo lugar, tras mi confusión inicial y posterior descubrimiento de que el Sónar de Noche se celebra en la Fira Gran Vía M2, que está en Hospitalet y que no tiene nada que ver con la Fira de la Plaza de España, tengo que admitir que estoy un poco preocupada por los desplazamientos nocturnos. Sobre todo por la vuelta, más que nada porque la experiencia del año pasado con los autobuses del Primavera fue un infierno. Sin embargo, ayer hubo una entrevista digital en la Cadena Ser con los codirectores del festival, y aproveché para preguntar si tenían algún consejo imprescindible para primerizos como yo. Entre otras cosas me contestaron que utilizara el transporte del Sónar de Noche, así que me imagino que funciona bien. La verdad es que me tranquilizó bastante leer eso.

Por otra parte, una de las últimas noticias en la web del festival, que también llegó por medio de la newsletter al correo, fue un compendio de PDFs con información práctica sobre el festival, lo que se agradece sobremanera. Los planos de los recintos del festival, tanto el de día como el de noche (que se ve en la imagen), tienen muy buena pinta. Me llama la atención ese símbolo de "agua corriente". No sé si se refieren a que hay grifos para lavarse las manos o para beber agua, pero cualquiera de las dos cosas será muy bienvenida.

La página web tiene una aplicación utilísima, o por lo menos a mí me lo parece, que me ha librado de hacerme mi hojita excel habitual de los festivales. Me refiero al MySonar, una agenda personalizada en la que cada usuario puede añadir todo lo que quiere ver. Luego se le presenta en una lista ordenada por día y hora de actuación, y de esa forma es más sencillo descubrir solapamientos y huecos que subsanar. Además, la agenda completa se presenta de varias maneras, en algunos casos separada por días y escenarios, pero también está completa en una lista ordenada así, por día y hora, algo que no pasaba en la web del Primavera, y que resulta también bastante útil.

Lo único malo que he encontrado por ahora es la noche del viernes, en la que se me junta todo y que me va a tener estresada desde ya. Bueno, eso no es ninguna novedad, como ya pudieron comprobar con el Primavera, y todos sabemos que sobreviviré.

Les dejo cómo llevo el MySonar por ahora, es decir, aquellas cosas que quiero ver. Hay solapamientos porque preferí ponerlo todo y decidir allí sobre la marcha. Por favor, por favor, por favor, si ven que se me ha escapado algo que consideran un pecado que no vea, denme un grito en los comentarios para subsanarlo.

19/06 19.40 :: SonarVillage :: live :: Christopher D Ashley (Sunday Best/UK)
19/06 23.00 :: SonarPark :: live :: Goldfrapp (Mute/UK)
19/06 01.00 :: SonarPark :: live :: Leila (Warp/UK)
19/06 02.00 :: SonarPark :: dj :: Ben Watt (Buzzin' Fly/UK)

20/06 14.00 :: SonarVillage :: dj :: El Guincho dj set (Discoteca Océano/ES)
20/06 16.00 :: SonarVillage :: live :: Konono Nº1 (Crammed Discs/CD)
20/06 17.30 :: SonarDôme :: live :: Daedelus (US)
20/06 19.00 :: Escenario Hall :: live :: Yo Majesty (US)
20/06 19.40 :: SonarDôme :: dj :: Deepchord presents Echospace (Modern Love/US)
20/06 20.30 :: Escenario Hall :: live :: Tara De Long (Fatal Recordings/US)

20/06 23.45 :: SonarPub :: live :: Yelle (Source Etc./FR)
20/06 00.00 :: SonarLab :: dj :: Mary Anne Hobbs (UK)
20/06 00.45 :: SonarLab :: live :: Shackleton (UK)
20/06 01.30 :: SonarLab :: dj :: Flying Lotus (US)
20/06 02.00 :: SonarPark :: live :: Róisín Murphy (EMI/IE)
20/06 02.00 :: SonarClub :: live :: Justice (Ed Banger Records/FR)
20/06 02.15 :: SonarLab :: dj :: Mala (UK)
20/06 04.00 :: SonarPark :: live :: Hercules and Love Affair (DFA-EMI/US)
20/06 05.00 :: SonarPark :: dj :: Frankie Knuckles (Def Mix/US)

21/06 16.40 :: SonarDôme :: dj :: Pilooski (FR)
21/06 17.45 :: SonarVillage :: live :: Northern State (Ipecac/US)

21/06 22.30 :: SonarPark :: dj :: DJ Yoda’s Magic Cinema Show (Antidote/UK)
21/06 23.30 :: SonarClub :: live :: Yazoo (Mute/UK)
21/06 00.00 :: SonarPark :: live :: Neon Neon (Lex/UK-US)
21/06 01.00 :: SonarPark :: dj :: Buraka Som Sistema (PT/AO)
21/06 01.30 :: SonarClub :: live :: Soulwax (Pias/BE)
21/06 01.30 :: SonarPark :: live :: Bonde do Rolê (Domino/BR)
21/06 03.00 :: SonarPark :: dj :: DJ Mehdi Vs. A-Trak feat. Kid Sister (FR/US)
21/06 03.00 :: SonarLab :: dj :: Dubfire (Sci+Tec/US)

Y así está la cosa por ahora.

16.6.08

conciertos: ps 2008, una crónica (y iv)

He estado una semana dándole vueltas a cómo escribir esta entrada, la última y más difícil de la serie. Al final he llegado a la conclusión de que todo lo que quiero decir se resume en una frase: no sirvo para ser fan.

Voy a contar de forma cronológica lo que tiene que ver con el Primavera y luego intentaré explicar mis reflexiones posteriores.

El viernes por la tarde me acerqué a la caseta de Ladinamo con la intención de preguntar cómo tenía que hacer para suscribirme a la revista que editan, y explicarles que les había mandado un correo preguntándoles pero que nunca me habían contestado. Cuando llegué, me puse a mirar los discos y las revistas que había sobre la mesa y sólo me di cuenta de que quien estaba allí en ese momento era Malela, de Grande-Marlaska, cuando ella salió de detrás del periódico que leía y me miró. Entonces le dije que me había encantado el concierto y ella me dijo "ey, tú estabas allí". Me hizo mucha gracia porque yo pensaba que era imposible que los músicos vieran al público desde el escenario, pero no contaba con que era de día y no éramos muchos los que estábamos en las primeras filas.

A continuación, intenté contarle lo mucho que me gusta el disco y cuánto valoro lo que hacen, pero me puse nerviosa, me enredé en mis propias palabras y me fui de allí sin coger los números anteriores de la revista de Ladinamo (tenía el último porque alguien lo había dejado tirado por ahí y yo lo había recogido), sin preguntarle por la suscripción y sin comprarme el EP de Garzón, que seguramente ya nunca conseguiré. Y me sentí estúpida y pensé que tenía que subsanar aquello al día siguiente.

Un par de horas más tarde acompañé a Jenaro a la caseta de Limbo Starr y me puse a mirar los discos mientras él miraba las camisetas. Al cabo de bastante rato, cuando yo tenía el último de Tachenko en la mano y lo estaba comentando, miré hacia mi derecha y resulta que Sergio Vinadé estaba allí al ladito y yo no lo había visto. Repetimos la jugada. Le dije que me había gustado mucho el concierto, que para mí había sido uno de los mejores del festival hasta el momento, pero no paré de pensar que no me estaba explicando bien, porque yo quería poner en palabras que de verdad había sido un conciertazo y no era capaz. Jenaro me animó a comprarme los dos discos en lugar de sólo el último y Sergio me dio las gracias por comprarlos. Y entonces le dije que no, que gracias a él por el concierto y por todo lo que hacían, pero volví a sentirme estúpida sin saber muy bien por qué. Los discos, por cierto, no se despegan de la cadena de música de casa estos días.

Al día siguiente, el sábado, fuimos a ver a Darren Hayman y Jack Hayter al concierto del parque. Como ya les conté en el capítulo 3 de esta crónica interminable, Darren estuvo haciendo bromas sobre lo viejas que estaban las camisetas de Hefner que llevaba la gente y animándolos a comprar otras nuevas. Y, cuando terminó el concierto, me acerqué a la mesa del merchandising a ver qué había. Lo que me encontré fue a un montón de gente dándose codazos y empujándose sobre una mesa minúscula, tratando de alcanzar los discos que había sobre ella y lamentándose de que no quedaran camisetas. Parecían aves de rapiña. Mientras esperaba en segunda fila a que se hiciera un hueco y poder preguntar por los discos de Hefner que no tengo, apareció Darren, sudoroso y cansado, pero con aspecto feliz, y se situó en uno de los laterales de la mesa. En ese momento, muchas de las personas que se peleaban por los discos empezaron a preguntarle si tenía cambio o cuánto costaban los discos y a intentar pagarle lo que querían. No decían nada más. Sólo "toma, cóbrame esto" o "¿por qué no hay más camisetas?". Esperé un ratito a hacerme visible y cuando me miró por fin le dije que el concierto había estado genial. Tuve que lidiar con mis nervios y mi habitual torpeza en estas situaciones, y encima hacerlo en inglés, así que mi frase no pudo ser más corta. Pero él me dio las gracias y yo me fui con la conciencia más o menos tranquila.

Durante mucho rato después de eso estuve pensando como uno de los músicos que admiro y respeto era tratado por hordas consumistas como un simple medio para conseguir un artículo. Tú estás aquí, yo te pago y me voy con mi botín. Intenté ponerme en su lugar. Intenté pensar cómo una persona que acaba de dar un concierto y ha puesto parte de sí mismo en él tiene que rebajarse a intentar vender discos a toda costa, olvidando en segundos lo que acababa de pasar en el escenario. Y todos los pensamientos a los que llegué eran bastante desagradables.

Me encantaría, claro, que la industria musical diera más visibilidad al trabajo de los artistas y menos a los números. Que pudiéramos tratarlos como personas, con el mismo respeto con el que trataríamos a cualquier otro, y no como si fueran subordinados a nuestro servicio.

Por otra parte, también me encantaría entender por qué demonios no puedo tener una conversación normal y tranquila con las personas que hace cosas que me parecen interesantes. Supongo que para eso tendría que remontarme a experiencias vividas muchos años ha. Supongo que en parte mi problema es que he conocido a personas que se comportaban como groupies auténticas y no quiero en ningún caso parecerme a ellas ni que mi comportamiento pueda confundirse con el suyo. Yo sólo quiero ser capaz de decir: "me gusta lo que haces y lo valoro mucho". Y ya está.

Lo curioso es que yo no soy una persona tímida en mi vida normal. En realidad soy más o menos como parezco aquí. Pero, de alguna manera, en todos los aspectos que conforman mi vida yo tengo un sitio bien definido, con unas coordenadas claras. Sé quién soy y dónde estoy, y las relaciones que mantengo con la gente que me rodea también están bien definidas. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que sólo me encuentro muy de vez en cuando, y todavía no he aprendido a comportarme en ellas.

Los mismos nervios que me asaltaban en el Primavera hablando con cualquiera de los músicos mencionados aquí son los que hacen que no me guste entrar en tiendas de música pequeñas y preguntar a los dependientes. Me pongo nerviosa, miren qué tontería. Siempre pienso que saben mucho más que yo y me siento pequeña y estúpida. A mis 30 años, nada menos. Así que nunca pregunto por todas las cosas que quiero. Es más, puedo revolver estanterías enteras durante horas con tal de no preguntar "¿tienes tal o cual disco?". Lo he hecho muchas veces. Por supuesto, luego me siento más estúpida aún por no haber preguntado. Y eso que he mejorado mucho gracias a Jenaro, que me obliga a preguntar cada vez que estoy en esa situación. Si no fuera por él, yo seguiría en plan autista mucho más a menudo que ahora.

Por las mismas razones, no soy capaz de decirle a mis amigos escritores que los admiro por las cosas que hacen. ¡Y son mis amigos! Pero, de alguna forma, siempre me pongo nerviosa cuando tengo que decir algo tan sencillo como "este relato me encanta". Y al final acabo por no decirlo, lo cual es muchísimo peor que decirlo de forma escueta, pero mis nervios me acaban controlando siempre. Y los correos que tenía que haberles mandado después de haber leído tal o cual cosa siguen en el limbo de lo nunca escrito. Como tantas otras cosas.

Lo que más gracia me hace de todo es que la única vez en mi vida que viví un concierto como fan total, con mis lágrimas de emoción y acercándome a saludar con el corazón en un puño, no pensé en los nervios en ningún momento. Supongo que no me dio tiempo. Mi actitud fue bastante impulsiva y salí de allí eufórica como pocas veces en mi vida, pero claro, es algo que sólo podría sucederme con dos personas en este mundo: Dios padre y Dios hijo, y era Dios padre quien estaba dando aquel concierto.

El día que escriba un best-seller y me haga mega-archi-ultra-famosa sabré que se siente al otro lado de toda esta incapacidad mía. Mientras tanto, seguiré esforzándome por expresar con palabras algo tan simple como "qué bien escribes" o "qué bueno ha sido tu concierto".

Y ahora sí, me despido del Primavera Sound 2008 y me preparo para el Sónar 2008, que empieza dentro de tres días y, excepto cataclismo de última hora, yo estaré allí para verlo.

PD. Por supuesto, ustedes y yo sabemos que nunca escribiré un best-seller.

breves: bonde do rolê al sónar

Aún no hay noticia oficial, pero en la web del Sónar aparecen Bonde Do Rolê a la 1:30 del sábado, la hora del concierto cancelado por M.I.A.

Yo tengo debilidad por ese grupo, así que estoy bastante contenta. Sólo me queda la duda de cómo será un concierto sin Marina, que dejó el grupo hace unos meses. En el Primavera del año pasado fueron una fiesta, pero ahora sin ella ya veremos. Por lo pronto parece que han fichado a dos chicas nuevas, Laura y Ana, pero da auténtico miedo leer en la Wikipedia cómo las eligieron.

Actualización: ya está la noticia.

13.6.08

vídeos: the reverse graffiti project

Este vídeo es una preciosidad.


(Vía Wooster Collective)

mix: 2008 #13

01 Esau Mwamwaya - Kamphopo
02 Brighton Port Authority - Toe jam
03 Common ft. Pharrell - Universal Mind Control (Dirty)
04 Solange - I Decided
05 Shout Out Louds - Tonight I Have To Leave It
06 Mystery Jets - Young Love
07 Weezer - Troublemaker
08 Deus - The Architect
09 Chaingang - Get Off My Stage
10 Golden Animals - Try On Me
11 Army Navy - Get Right Back (Where we started from)
12 Happy Anarchy - Is That Right
13 Slow Down Tallahassee - Candy

Ya sé que llevo demasiados mixes este año. Ni yo misma lo entiendo, pero el caso es que últimamente escucho muchas canciones que me gustan. Y eso que para éste tenía más seleccionadas y acabé quitando algunas. Supongo que a final de año los revisaré y me arrepentiré de no haber filtrado más, pero tampoco es algo que me quite el sueño. Si hoy me apetece escuchar estas canciones, pues son las que pongo. Además, lo bueno de los ordenadores es que la tecla Supr siempre está a mano.

El mix, en la imagen.

agenda: aguaviva + rooming

Nunca pensé que vería a las islas a la altura de Suiza.

Esta noche, en la porquería de explanada donde nos van a poner (el aparcamiento del Estadio), a mover el esqueleto con Jamiroquai y Calle 13.

Al primero ya lo vi y es muy divertido, pero lo que más me apetece es ver a Calle 13. Ya contaré por aquí qué tal. Al final a los dos primeros grupos (Arístides Moreno y El Canto del Loco) los obviaremos tranquilamente.

Y mañana, pincho de nuevo en el ROOMing, en mi última sesión de este mes. ¡Allí los quiero ver! Hasta Alf va a coger el chárter privado y se va a plantar aquí.

12.6.08

vídeos: toe jam


Brighton Port Authority es el nuevo proyecto de Norman Cook (lleva desde el 2007 con ese nombre, desde que apareció una canción a medias con Iggy Pop, He's Frank, en la banda sonora de la serie Héroes), y ésta es la canción más alegre que he escuchado en mucho tiempo. Colaboran David Byrne (otra de mis debilidades) y Dizzee Rascal.

Me encanta todo lo que hace este hombre.

www: wu ming 1 al habla

Si no recuerdo mal, fue un tipo llamado Karl Marx el que dijo que, cuando la revolución se retrasa, toda la mierda empieza de nuevo.
Él habla de hip hop y free jazz. Ustedes aplíquenlo a lo que quieran. Esta frase vale para todo.

11.6.08

miedito

El concierto de M.I.A. en el Sónar era uno de los que más ganas tenía de ver. De los imprescindibles.

Acabo de leer
que ha cancelado su gira, pero no encuentro la confirmación oficial por ningún sitio. Ojalá sea un error.

Actualización: parece que es verdad. Y después de leer esta noticia y no encontrar ninguna razón coherente para la cancelación, hasta se me han quitado las ganas del concierto. Soulwax acaban de ganar una persona más en el público de su concierto, que coincidían.

www: más tópicos

Al hablar sobre Africalls? y el libro de Binyavanga Wainaina en la entrada anterior olvidé mencionar este artículo que leí esta mañana. En él se describen tópicos similares a los expresados por el libro ¿Cómo hablar sobre África?, con la diferencia de que en este caso se trata de cómo escribir novelas sobre Latinoamérica.

(Vía Libro de notas)

arte: africalls

La semana pasada estuvimos en la Casa África de Las Palmas para ver la exposición Africalls?.

El centro es relativamente nuevo y yo aún no había estado, así que lo primero que debo decir es que la casa es preciosa y el acondicionamiento para cumplir su función actual me pareció perfecto, por no hablar de que ya era hora de contar con un organismo como éste, que pueda servir de enlace y proporcionar una mayor cercanía con el continente africano.

En cuanto a la exposición, les dejo primero el trailer y luego les cuento mis impresiones:



Africalls? consiste en siete reportajes documentales de distintos artistas africanos, cada uno de ellos ambientado en una ciudad distinta (la ciudad de residencia del artista correspondiente): Dakar (Mamadou Gomis), Ciudad del Cabo (Lolo Veleko), Luanda (Nastio Mosquito), Rabat (Myriam Mihindou), Maputo (Jorge Dias), Douala (Doual’Art) y Nairobi (Kwani?).

La muestra se divide en tres salas. La primera de ellas es una instalación con varias pantallas de diverso tamaño que forman un laberinto de paredes perpendiculares y recintos cuadrados. Al entrar, uno sólo ve algo de información sobre la exposición y debe ir girando y avanzando para encontrarse con las primeras dos pantallas. Después de un rato de estar contemplando una de ellas de frente y la otra con el rabillo del ojo, se descubre que lo que muestran es una sucesión de vídeos, proyectados en una y otra pantalla con cierto tiempo de retraso. En ese momento uno piensa que ya ha visto todo sólo con una de las dos y que la otra está así dispuesta para añadir un cierto efecto artístico.

Sin embargo, un par de pasos más y uno se encuentra de pronto en el centro del laberinto, rodeado de pantallas. Entonces es cuando toda la instalación cobra sentido. En todas ellas se emite el mismo vídeo, pero con un retardo temporal que induce en el espectador las sensaciones de confusión, de movimiento y de bullicio. La posición de las pantallas y el sonido que emiten convierte la sala en un guirigay que traslada al espectador al caos urbano que propio de las ciudades africanas retratadas. Ése, y no otro, es el objetivo de Africall?: desmontar mitos y tópicos sobre las urbes de África y acercarnos a la realidad de su día a día.

La otra sala destacable de la exposición, la tercera, contiene televisiones con dvds y auriculares en las que se pueden ver todos los vídeos de los artistas de forma individual. Cada uno de ellos dura cerca de 20 minutos, por lo que hay que acudir a verlos durante varios días distintos, más que nada para que la saturación audiovisual no nos haga perder atención al contenido. Por ahora, he visto el de Jorge Dias y el de Kwani.

Los dos me parecieron muy interesantes, cada uno en su estilo. El vídeo de Jorge Dias, Camino al museo, está lleno de reflexiones sobre el arte, la ciudad y su confluencia o confrontación en la percepción y producción del artista de Mozambique. Tiene un estilo sosegado que contrasta con las imágenes y sonidos que nos llegan de la ciudad, lo que ayuda al espectador a entender las sensaciones que la ciudad proyecta en el artista, y que él mismo explica.

El vídeo de Kwani, ¿Cómo escribir sobre África?, es una presentación de esta organización, de sus objetivos, sus medios y sus logros, intercalada con la lectura por parte de Binyavanga Wainaina de fragmentos del libro escrito por él que lleva el mismo título que el vídeo. La contraposición audiovisual de la realidad de este colectivo de escritores y artistas keniatas con el relato inteligente y minucioso por parte de Binyavanga de todos los tópicos empleados desde el mundo occidental en las representaciones de África provoca una reacción de casi hilaridad en el espectador. El vídeo es muy divertido y deja con ganas de saber más, mucho más, de esta organización. Por suerte, tenemos su web, que es completísima y da para bucear durante horas y descubrir cosas muy interesantes.

La muestra estará aquí hasta agosto, pero también viajará por distintas ciudades de España durante este año. Por lo pronto, este viernes, 13 de junio, se presenta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el libro-dvd del proyecto Africalls?. Los habitantes de la capital ya tienen una fecha más para añadir en la agenda.

Cuando pueda volver y ver el resto de los vídeos, les contaré si son tan interesantes como los que ya he visto. Sospecho que sí.


política: más abusos

Un nuevo capítulo de las deportaciones abusivas y absurdas desde Barajas, en el blog de Joan Vich. Esta vez han sido dos músicos brasileños, miembros de São Paulo Underground.

Y seguimos dando vueltas de tuerca a la sinrazón, la idiotez y los estados policiales. Mientras tanto, las televisiones sólo hablan de fútbol. Así nos va.

Mierda de país.

(Vía La increíble verdad)

10.6.08

breves: estamos que lo tiramos

Está claro que hoy es el día de ponerle un altar a los de la Unión Europea.

Ahora también se les ha ocurrido regular los blogs.

Yo insisto, ¿qué clase de broma pesada es ésta? Etiquetado voluntario, dicen. A ver cuánto tardan en pasarse la voluntariedad por donde les parezca. Si digo yo que hay que decirlo más.

(Vía Mangas Verdes)

breves: hay que decirlo más

La Unión Europea ha ampliado la jornada laboral hasta un máximo de 65 horas semanales.

¡65 horas! ¡Y encima dicen que es bueno para los trabajadores! Pero, ¿qué clase de broma de mal gusto es ésta?

Hay que decirlo más. Pero mucho, mucho más.

(Vía La escuela moderna y Escolar)

9.6.08

dossier: mutantes, javier fernández

Recupero el dossier sobre Mutantes con pocas ganas de andarme con pelos en la lengua. A estas alturas, mi opinión sobre esta antología se debate entre el cabreo y la resignación. Terminaré el dossier porque de vez en cuando padezco de perseverancia, pero lo haré para hablar sólo de aquellos autores que considere imprescindible reseñar.

Explicaré, antes de ceñirme al autor del título, que mi decepción se debe en parte a la poca calidad de muchas de las aportaciones, pero también al hecho de que muchas de ellas sean refritos o extractos de relatos y novelas. ¿Tan difícil era elegir autores jóvenes, de calidad y con relatos que tuvieran entidad por sí mismos? Estoy segura de que no, aunque sólo sea porque conozco a muchos de ellos. Y todos valen muchísimo la pena. Lo cual me lleva de nuevo a mis amargas reflexiones sobre los que se llevan la fama y los que cardan la lana, pero me las guardaré para mí misma. Quizá sea sólo una cuestión de modernidad. O de postmodernidad. Mejor lo dejo aquí.

La aportación de Javier Fernández, uno de los autores de los que más elogios había leído antes de empezar con Mutantes, consiste en algunos extractos de su novela Cero absoluto, aunque tal y como se ha titulado, igual que la novela, uno creería que es un relato independiente. Sólo leyendo la pequeña biografía incluída al final del libro (y muchas páginas web, para qué engañarnos) se puede llegar a la conclusión de que en realidad no es así. Si tengo en cuenta su calidad de fragmento, diré que Cero absoluto es una novela que voy a buscar, comprar y leer, porque creo que puede valer mucho la pena. Pero, dado que en el libro se presenta como si fuera un relato con entidad propia, lo trataré como tal en esta crítica.

Y diré que el principal inconveniente que le veía como relato era el no ser lo suficientemente exhaustivo o incisivo en su desarrollo. Es decir, yo sentía que el autor podía llegar aún más lejos en su análisis y descripción de una situación delirante, pero no tan alejada de la realidad como a priori pueda parecer. Una vez que comprendí a qué se debía esta apreciación mía, la novela me inspira aún más curiosidad para saber hasta dónde se pueden llevar los límites del argumento establecido.

Cero absoluto cuenta, a través de supuestas noticias extraídas de periódicos, cómo se desarrolla, comercializa e implanta un sistema para controlar el cerebro mediante software. Y también las consecuencias de este proceso.

El ZERO D-19, que está aún en fase experimental, es una tecnología semiorgánica, compuesta por un pequeño descodificador inalámbrico del tamaño de una lenteja que, alojado cerca del hipotálamo, se comunica mediante ondas electromagnéticas con un aparato emisor-receptor del tamaño de un ordenador portátil. El aparato está dotado con un potente procesador capaz no sólo de interpretar las señales eléctricas del cerebro y traducirlas a términos informáticos, sino también de realizar el proceso contrario; es decir, introducir el software informático directamente en el cerebro.
El lenguaje aséptico utilizado, propio de la prensa, podría cumplir la función de distanciarnos de lo que se nos está contando o bien obligarnos a prestar más atención para no obviar detalles que nos harían perder el hilo de la historia. En cualquier caso, la reflexión posterior a la lectura es inevitable.

En este relato se nos presenta una de las mejores maneras de conseguir tener a la población controlada con su consentimiento: envolverlo para regalo y vendérselo. Pero no es la única, como también aquí se esboza. No hay más que apelar a la seguridad de los ciudadanos para que se consientan toda clase de atropellos e invasiones de la privacidad. Tienen ejemplos aquí, aquí, aquí, aquí y aquí. Y la gente, tan contenta. Fuera de internet, no tienen más que utilizar el metro de Madrid o darse una vuelta por las salas de embarque del aeropuerto de Barajas. Televisiones con un volumen atroz obligan a los pasajeros a oír las noticias que se les quieren dar de la forma en que se les quieren dar. Uno puede cerrar los ojos cuando no quiere ver algo. Pero cerrar los oídos es más complicado. Hacer que los otros no nos miren, también.

La foto es un bonito recuerdo que nos trajimos de Barcelona. Ya que ellos se quedan con nuestra imagen...

Lo curioso es que me obsesiona desde hace un tiempo, hasta el punto de desarrollar una auténtica fobia a los turistas que veo pasear por Las Palmas cámara en mano, el hecho de acabar retratada o grabada en fotos y películas de desconocidos en mi tránsito habitual por las calles. Cada día es más difícil caminar sin encontrar un objetivo con el que una se pueda cruzar. Cuando esos objetivos se convierten en instrumento de los políticos, es hora de echarse a temblar.

Pero parece que los que temblamos somos pocos, porque la plaga se extiende y no pasa nada. Es una suerte que existan al menos mentes lúcidas dispuestas a resistir. Cero absoluto es una crítica necesaria a la sociedad de control hacia la que estamos yendo. Es, además, una crítica inteligente, bien planteada y bien escrita. Si estuviera hablando de la novela, probablemente podría decir mucho más. Tomando su fragmento como relato, ya dije que se me quedaba corto. Así que por ahora lo dejo en que es un comienzo muy esperanzador y cuando lea la novela completa intentaré reseñar todo el conjunto.

vídeos: w.a.l.e.d.a.n.c.e.

La globalización tiene estas cosas. Dos franceses blancos y medio pijos hacen una canción que se oye en medio mundo hasta la saciedad y al cabo de un año llega un rapero negro de Washington D.C. para darle una nueva vuelta de tuerca en un vídeo con su propio remix, incluyendo referencias a Gnarls Barkley:


(Vía nialler9).

breves: de cuando los 80

vuelven por todas partes.

Poniéndome las pilas para el Sónar, escucho sin parar a Neon Neon (el disco es bastante irregular, pero algunas canciones compensan el resto) y Hercules And Love Affair (mucho más sólido de principio a fin). Si esta película volviera a rodarse hoy, ella se llamaría Raquel y su canción sería ésta.

agenda: cohete en el juglar

Este sábado los residentes en Madrid tienen conciertazo: Cohete tocan en El Juglar. Todos los detalles los tienen en ese cartel tan chulo que ha hecho Diego C.

8.6.08

conciertos: ps 2008, una crónica (iii)

Recibimos el último día de festival con mucho mejor cuerpo que el día anterior, aunque yo me hubiera quedado durmiendo ocho o nueve horas más si me hubieran dejado. Pero una nueva cita con mi nostalgia me esperaba en un parque de algún rincón de la ciudad y no quería llegar tarde ni por nada del mundo. Lo bueno de los festivales es que siempre queda algún concierto por ver, mientras las fuerzas aguanten, así que por muchas decepciones que uno se haya llevado antes, la esperanza de encontrar ese momento especial que recordaremos toda la vida siempre es lo último que se pierde.

Después de hacerle una regañiza a la bruja del euro y pico por un vaso de agua cuando pasamos por delante de su cafetería, desayunamos en un bar de viejo, de los buenos de verdad, mientras escuchábamos una conversación sobre payos, gitanos y pisos protegidos que a Jenaro le pareció extrapolable a Madrid palabra por palabra, incluyendo los nombres de algunos barrios. Un paseíto de rigor por el metro, esta vez para recorrer media Barcelona, y a las dos menos cuarto en punto estábamos entrando por la puerta del Parc de Joan Miró. Y la música ya sonaba...

Lo primero que llamaba la atención era que el escenario estaba a pie de suelo y al lado de una de las entradas del parque, precisamente por la que entramos nosotros, así que giramos la esquina de la valla y de pronto lo teníamos justo delante. Había alrededor de cien personas, muchos de ellos padres con niños pequeños, y desde el suelo ya no se podía ver bien porque todos los huecos que quedaban libres tenían una palmera delante. Las sillas blancas de terraza de apartamento de playa ya estaban todas ocupadas. Pero, por suerte, había una rampa en un lateral que seguía vacía y desde la que vimos todo a la perfección (excepto, como pueden apreciar, a Jack Hayter). Se fue llenando poco a poco, creo que el concierto al final lo vimos unas 200 personas, pero nuestra primera fila la mantuvimos sin problemas.

El concierto fue un lujo indescriptible. Cojan todo lo que dije de Sebadoh y denle la vuelta. Darren Hayman parecía querer agradar al público por encima de todo, y doy fe de que lo hizo. Todos los temas que fueron tocando, uno tras otro, sonaban como un pequeño regalo para el público. Delicados cuando tenían que serlo, enérgicos cuando correspondía, nunca un concierto en un espacio tan abierto e impropio, con los coches pasando a pocos metros de nosotros, me resultó tan íntimo y exquisito, como en un equilibrio precario que supieron mantener durante la hora y poco que estuvimos allí. Sólo rompieron el equilibrio los ladridos de dos perros que se encontraron entre el público porque sus dueños consideraron que aquel concierto era un lugar apropiado para ellos. Los hubiera abofeteado. A los dueños, claro.

Supongo que si tuviera que elegir ese momento especial del que hablaba al principio de esta entrada sería allí, en el parque, cantando The hymn for the cigarettes, esa maravilla de canción. Y juraría que no fui la única, a juzgar por las sonrisas del resto del público. Entre canción y canción, Darren se reía, nos presentaba a los dos miembros de The Wave Pictures que los acompañaban, nos recomendaba el concierto que daría ese grupo el domingo (y que yo no podría ver, como la mayoría de los asistentes al festival que no viven en Barcelona) y hacía bromas sobre lo viejas que parecían las camisetas de Hefner que veía entre el público. Su aviso de que había una mesa en la que se podía comprar merchandising surtió efecto y, cuando me acerqué a curiosear al final del concierto, las camisetas estaban agotadas. Y eso que eran celestes.

Todo el asunto de las camisetas me dio mucho que pensar, pero eso irá en la cuarta y última entrada de esta crónica, que va a ser puramente reflexiva. Por lo pronto nosotros nos habíamos reunido con algunos amigos residentes en Barna que no pudieron asistir al festival por todo aquello del trabajo que comenté en la primera parte de la crónica y nos fuimos a comer a un japonés para reponer fuerzas. El sushi estaba exquisito, igual que todo lo demás, pero me temo que la relación cantidad/precio no tenía nada que ver con la de nuestro japonés preferido de Las Palmas, el Fuji. Aún así, disfrutamos mucho de la compañía y ni la lluvia que nos llevaba acompañando desde que terminó el concierto nos hizo palidecer. Nos fuimos al hotel a dormir la siesta de rigor y me olvidé de ver a Times New Viking porque llegar a las 17:00 al Fórum hubiera sido imposible incluso renunciando a la siesta.

El Fórum nos recibió con tanta niebla que resultaba difícil distinguir las siluetas de los edificios y la línea del horizonte unos metros más allá. La tarde empezó con Silver Jews y reconozco que no me convencieron demasiado, a pesar de las muchas ganas que tenía de verlos. En primer lugar, me pasé todo el rato pensando que tenía que haber elegido a Lightspeed Champion, uno de los grupos que más rabia me dio perderme de todo el festival. Ya sabía que esa franja horaria iba a ser conflictiva para mí. En segundo lugar, estaba sentada en las gradas del ATP y sospecho que el sonido no era tan bueno como hubiera sido de estar enfrente del escenario, además de que se hacía difícil meterse en el ambiente desde allí. De todas formas, debo decir que el resto del público sí parecía estar disfrutando mucho, y de hecho esta foto más o menos lo atestigua.

Después de Silver Jews se presentaba la disyuntiva de elegir entre Buffalo Tom y Young Marble Giants. No tenía tickets para el Auditorio, y me daba demasiada pereza hacer la cola para entrar y luego tener que salir con los conciertos de la siguiente hora empezados. Así que opté por Buffalo Tom.

El principio estuvo muy bien, sonaban enérgicos y con bastante ritmo. Pero al cabo de cinco o seis canciones se empezaron a desinflar y a enredarse en guitarras quejosas y pesadas. Jenaro llegó a la conclusión de que ya no era el momento de escuchar a estos grupos. No todos los revival sientan bien, eso está claro, y parece que los grupos de cierta época de los 90 no tienen la garra necesaria para que sus conciertos sean disfrutables de principio a fin. No sé si puede ser falta de aptitud, de ganas, de maestría o de adaptación, pero está claro que hoy en día se hace muy cuesta arriba ver uno de estos conciertos. Sebadoh, Buffalo Tom, Dinosaur Jr. hace un par de años en el FIB (en el Primavera no los vi), Girls Against Boys el año pasado en el Primavera... O ya no es su tiempo o nosotros no sabemos adaptarnos a ellos. Y yo creo que es lo primero.

No duramos el concierto entero, pero yo tenía una nueva decisión que tomar antes de moverme: Kinski o Stephen Malkmus. En condiciones normales creo que hubiera ido a ver a éste último. Pero tal y como había ido saliendo el festival, me daba auténtico pánico encontrarme otra vez con un concierto coñazo y una celebridad incapaz de mantener el tipo. La verdad es que no he hablado con nadie que fuera a ese concierto, ni he leído nada de él, así que no sé si me hubiera gustado. Aún así, casi puedo asegurar que acerté al ir a ver a Kinski, porque fue uno de los conciertos que más disfruté de todo el Primavera.

Viendo las fotos de su página web uno descubre que Kinski no son tan jóvenes, pero en el escenario parecían unos chavales. El concierto fue guitarreo puro, enérgico, rítmico y con un sonido demoledor. Creo que no paré de saltar un segundo. Quizá sus discos no sean de mis preferidos ni los vaya a escuchar demasiado a menudo, pero en directo desde luego valen mucho la pena. Y cuando hace falta una inyección de energía, más aún. Lo único que me pregunté durante todo el tiempo es si conseguiría ver la cara de Lucy Atkinson, la bajista, escondida tras su melena negra sin flequillo. Y no.

Cuando terminaron aprovechamos para cenar por primera vez en la noche (mi dieta primaveral consistió, todas las noches sin excepción, en un perrito temprano y una porción de pizza después) y para coger sitio en nuestros siguientes conciertos: Jenaro se quedó en el Rockdelux para ver a Morente y Lagartija Nick y yo me fui con Diego a ver a Mission of Burma.

El concierto de Mission of Burma fue una descarga de adrenalina sin pausa. Y de la buena. Desde el primer momento sin parar de saltar y cantar un minuto, y eso que yo no me sabía las canciones. No me pregunten qué canté, a esa hora ya todo parecía posible. Fue un concierto descomunal; el grupo estaba inspirado, preciso, profesional. En estado de gracia. Creo que me dejé la garganta gritando That's when I reach for my revolver, y en general los pies durante todo el concierto. Sólo paré un momento, y fue para ir a los servicios del fondo del escenario y encontrarme con la mejor camiseta de todo el festival (de esta canción). El chico que la llevaba puesta me dijo que la había conseguido en un concierto del grupo en Nueva York la semana pasada y me estuvo enseñando las fotos del concierto. Me dio envidia, lo que debe querer decir que soy una loca peligrosa, porque no es normal que en pleno festival y con la saturación musical que tenía ya encima pudiera sentir envidia de otro concierto distinto. Claro que había sido en Nueva York. De todas formas, volví a mi sitio, cerca de las primeras filas, con Diego y probertoj, y en un par de saltos más se me había olvidado del todo aquella sensación. El final del concierto, como no podía ser de otra forma, fue apoteósico. Salí de allí agotada y con otra sensación igual de peligrosa: la de que ya podía irme porque había visto algo que valía la pena. Eso ya me ha pasado antes y suele dejarme para el arrastre el resto de la noche.

Jenaro llegó en condiciones parecidas del concierto de Morente y nos fuimos a esperar a que empezaran Shellac en el césped del ATP. Al final vimos todo el concierto allí.

La foto es una castaña porque estábamos muy lejos, pero tiene que haberlas mucho mejores por ahí (en la entrada al respecto del foro del Primavera, por ejemplo, hay algunas chulísimas). El concierto fue impresionante, pero yo estoy segura de que lo habría apreciado mucho más si no acabara de ver a Mission of Burma. Salí de allí pensando que verlos en directo, en ese programa doble que iban a compartir los dos grupos en salas pequeñas por varias ciudades españolas, tenía que ser todo un lujo. Jose estuvo en el de Madrid y nos confirmó que fue la bomba, y eso que él ya los ha visto tres veces. En el ATP, a pesar de que el sonido fue alucinante y de que el concierto estuvo muy bien, me quedé con la sensación de que había demasiada gente para lo que ellos hubieran querido. Cuando Scout Niblett salió al escenario para pedir la colaboración del público ("Do you have any questions?"), era imposible escuchar lo que algunos interaron preguntar. Lo que queda claro es que Shellac es un pedazo de grupo y que algún día habrá que intentar verlos de nuevo.

La opción natural de la noche hubiera sido ver a Les Savy Fav. Pero yo sentía que esa noche, y en general durante todo el festival, había visto mucho rock y poca electrónica, y necesitaba otra cosa o iba a acabar saturada. Así que nos fuimos a 808 State, pero duramos nada y menos allí. Jose, nuestro gurú electrónico de los festivales, nos dijo que no era lo que esperaba y que DJ Funk y DJ Assault serían más divertidos, así que pusimos rumbo al Vice y sus escaleras infernales por segunda vez en el día. Los adalides del ghetto-tech pusieron a todo el escenario a bailar. Había gente, pero mucho hueco, y podíamos movernos a nuestro antojo. Y doy fe de que lo hicimos. Lo pasamos muy bien, la verdad, a pesar de que me parecía surrealista estar allí bailando ante dos pantallas gigantes en las que no paraban de aparecer tetas y culos. Pero hay que reconocer que el booty house es de lo más divertido.

Estuvimos allí hasta que Digital Mystikz (Mala y Coki, aunque venían con Loefah también) estaban a punto de empezar y nos fuimos al CD-Drome. Creo que fue el concierto que más corto se me hizo de todo el festival y juraría que duró menos de una hora. Nos pasamos todo el tiempo en una especie de trance introspectivo, con la cadencia de la música moviéndonos a ritmo lento y contagioso. Me dejaron con ganas de más dubstep, así que espero que el Sónar me sirva para resarcirme aunque sean otros grupos a los que vea. Las fotos que tengo están borrosas y sacadas de muy lejos, así que no pongo ninguna.

Sólo quedaban Simian Mobile Disco. Durante el día, antes de la famosa siesta, habíamos ido a uno de esos maravillosos lugares que son los locutorios (no es irónico, si no fuera por ellos no nos sería tan fácil tener internet cuando estamos fuera) para sacar las tarjetas de embarque para el avión del día siguiente y nos habíamos encontrado con un correo del festival en el que nos informaban de que Simian Mobile Disco habían tenido un problema con el transporte y habían perdido sus instrumentos, así que en lugar de un concierto harían un DJ set. Eso nos fastidió un poco, y supongo que influyó en que esa noche nos fuéramos en cuanto empezaron a sonar. Me imagino que estarían bien, pero el cuerpo ya no nos daba para más. Supongo que deberíamos agradecer al cansancio que nos librara de calarnos en la tormenta que cayó después y de la que no nos enteramos. Creo que a los dos segundos de llegar al hotel ya estábamos dormidos como angelitos.

Y digo yo que nos lo merecíamos. El año que viene, con un poco de suerte, más.