20.10.08

personal: confusión y más ruido

Este sábado, mientras pinchaba en el Paraninfo, ocurrió algo que me tiene preocupada desde entonces. Entiendan, por favor, preocupada como una molestia ligera, del estilo de que te cague una paloma camino de casa cuando llevas una bolsa de la compra en la mano y sólo te manche un poquito la camiseta (sí, eso también me pasó hoy).

Los pongo en antecedentes. Por lo general, la mayoría de las peticiones que recibo mientras pincho caen en el saco de lo absurdo, lo poco apetecible o, en ocasiones, lo delirante. Hay también peticiones recurrentes, que se repiten noche tras noche, en distintos locales. De entre estas, no he visto nada igual a lo de Los Planetas. ¿Saben ustedes la cantidad de fans que tiene ese grupo repartidos por esta ciudad? ¿Y lo pesados que son? No creo que termine nunca de entender por qué tienen ese afán por escucharlos, pero tengo claro que sus canciones deberían ocupar los primeros puestos en el ranking nacional de himnos para borrachos. En el apartado exterior creo que Moby ocupa el primer puesto, seguido de cerca por New Order.

Las peticiones son un asunto con el que resulta difícil lidiar. A veces son más oportunas y a veces menos, pero el problema es que irrumpen en cualquier momento e interrumpen el proceso general, que consiste en exprimir mi capacidad de empatía para intentar llegar a un equilibrio entre lo que yo quiero poner con lo que creo que la gente quiere oír. Son más oportunas cuando parten de alguien que primero escucha y luego pide, porque entonces son acordes con lo que ya está sonando. Son más inoportunas cuando el que pide no se ha parado a escuchar, cuando se cree que puede cambiar por completo el estilo de lo que estás poniendo (éstos son los peores, sin ninguna duda) o cuando está borracho y es majadero.

Hubo un tipo una noche que me estuvo pidiendo Los Planetas durante casi dos horas, en cada canción nueva que ponía, mientras el resto del ROOMing bailaba sin parar. Como no le hacía caso, me lanzaba unas miradas de odio que tenían que haberlas visto. Si no me hubiera tenido tan quemada, me hubiera dado hasta risa. Hubo otro que me pidió una canción de The Cure (sin el título, me dijo "la del ti no ni" y ya; supuse que era Close to me), la puse para que no me diera más la lata y en ese momento se metió en el baño. Cuando salió se emperró en que no se la había puesto y se pasó toda la noche echándomelo en cara, y yo pidiéndole a su amigo que le dijera que ya la había puesto para que me dejara en paz. Esas dos cosas, por cierto, pasaron la misma noche.

Además de que sean más o menos oportunas, el hecho de que acabe poniendo o no algo que me han pedido depende, en primer lugar, de que lo tenga, y en segundo lugar, de cómo me lo pidan. La educación, eso tan simple que nunca está de más, da bastante buen resultado conmigo.

El caso es que este sábado, en el Paraninfo, la gente era bastante más joven que en el resto de los sitios donde he pinchado. Por decirlo claro, es un bar (muy grande, yo pinchaba en una barra pequeña, no en la principal), en el que tienen que pedir el carnet en la puerta para comprobar que los chicos que quieren entrar tienen más de 18 años. La mayoría no tienen más de 20. Supongo que por eso yo esperaba que reaccionaran a la música de forma distinta que el público de los otros sitios, y me llevé una pequeña decepción al ver que en realidad se emocionaban con las mismas dos o tres canciones que todo el resto del mundo. Vale, reconozco que pequeña decepción significa que estuve a punto de darme cabezazos contra la pared mientras gritaba "¿por qué?, ¿por qué?", pero me contuve y me resigné.

Entonces llegó un chico a hablar conmigo. Supongo que tendría alrededor de 20 años. Lo primero que me dijo fue que sí podía poner algo de drum'n'bass. Teniendo en cuenta que lo más inteligente que me habían pedido hasta ese momento era algo de hip hop en español (que no tengo en la maleta, y me dio pena, el chico que me lo pidió había sido educadísimo), creo que lo miré como si fuera un extraterrestre. Le tuve que decir que no por dos razones. La primera, que de lo que yo entiendo por drum'n'bass me gustan muy poquitas cosas y no las suelo llevar encima. La segunda, que tendría que haber sabido si él se refería a lo mismo que yo y me parecía demasiado complicado preguntarle con todo el ruido que había allí. Entonces me dijo que si tenía algo de, por este orden: Uffie, Siriusmo y SebastiAn. Le dije que no y le conté la milonga de que suelo llevar cosas más conocidas porque es lo que puedo pinchar.

Era mentira. Mentira cochina, vamos. Podría haber tenido algo de ellos si me gustaran cualquiera de los tres, pero la verdad es que no me gustan. Creo que sólo Uffie me llamó algo la atención en su día y no lo suficiente. Tengo, sí, cosas que son tan poco conocidas como ellos, y de hecho las pongo. Me paso el rato intercalando las canciones que yo quiero poner, y que están más o menos a ese nivel en cuanto a probabilidad de que las conozca alguien, con las que sí son conocidas y que a mí me hastían un poco, pero me sirven de señuelo. Las llamo "que no decaiga", porque he aprendido que la gente generalmente reacciona mal a una canción cuando la escucha por primera vez, pero que si la pongo entre dos canciones que conocen es probable que la aprecien mejor que si se trata de cosas nuevas todo el tiempo, porque entonces acaban desconectando.

Y me sentí como si le hubiera fallado. Me pidió más o menos lo que yo esperaba que me pidiera un chico de su edad, y eso me devolvió la fe en la humanidad, pero no pude ponerle nada de lo que quería. No se imaginan la rabia que me dio.

Así que llevo desde entonces dándole vueltas a por qué empecé a pinchar o, dado que eso fue una casualidad, más bien a qué pretendía yo conseguir cuando empecé a pinchar, y si lo sigo conservando o lo he perdido en el camino. Y no lo tengo muy claro. Supongo que en algún momento el reconocimiento se volvió más importante que la difusión. Siempre es más agradable ver a la gente contenta con lo que pones, pero no quiero bajo ningún concepto que eso anule mis dos objetivos principales al pinchar... uf, cuatro objetivos principales, pero voy a concentrarme en los que involucran a los demás y no sólo a mí misma.

El primero, conseguir que la gente baile. El segundo, conseguir que escuchen canciones que no se pinchan en los bares de Las Palmas.

Los dos son contradictorios, así que me paso el rato intentando que no sean incompatibles. Y hasta ahora las principales alegrías me las habían proporcionado personas aisladas. No me voy a olvidar de la chica que en el pub La Calle (fue una sesión más de rock) vino a agradecerme que hubiera puesto una canción de The Coral. Sus palabras exactas fueron: "me encanta esta canción, y no la conoce nadie". La entendí muy bien, y me hizo muchísima ilusión verla tan contenta por algo tan sencillo.

Sin embargo, el día que pinché en el Mojo y vi a tanta gente bailando con la música, la satisfacción era diferente. Más estresante, sí, pero puede que más intensa. No mejor, sólo más intensa. Como un subidón de adrenalina. Ese día también fui fiel a mi idea de poner canciones nuevas entre las demás y todo salió bien, pero sé que no puedo esperar que el mismo esquema se repita en otros sitios. No tienen el mismo tamaño ni el mismo público y es el único sitio en el que he pinchado en el que la gente va expresamente a bailar.

Olga, la camarera del Paraninfo, me dijo que había ido gente a decirle que les había gustado mucho mi música. Luego me lo dijo también Iván, el encargado, y que me volverían a llamar. Sin embargo, cuando recogí mis cosas y cogí el taxi para volver a casa, yo sólo iba pensando en lo que me había dicho aquel chico cuando le dije que no podía ponerle nada de lo que quería. Aparte de comentar entre los dos algunos problemas del sonido, sus palabras fueron "no pasa nada, estás pinchando muy bien". Pero yo sabía que era mentira.

6 comentarios:

Lust dijo...

Da gusto ver a alguien que se toma en serio su trabajo, sobre todo en lo que a música se refiere. ;D

Ana Saturno dijo...

Hola, nsk:

Por un momento, al leer tu comentario, pensé que eras alguno de mis jefes y me dio muchísimo yuyu... De todas formas, mi trabajo "oficial" me lo tomo muchísimo más en serio que en el otro. :-D

Gracias por la visita.
Un saludo

__ dijo...

¡Guau, vaya crónica y vaya post!

Creo que en el Mojo te fue muy bien y en el Paraninfo sólo te faltó algo que no te gusta mucho o te gustan muy pocos.

Tendrás que ampliar la maleta para poder atender a la gente que se lo merece como ese chaval del drum'n'bass.

Por lo demás tienes que estar muy orgullosa de hacer a la gente bailar y de que las salas te vayan llamando.

Esperamos que pronto saltes a la Península, porque ¿por Madrid has pinchado alguna vez?

Besos, Ignacio

Ana Saturno dijo...

No, Ignacio, qué va, no he pinchado en Madrid ni voy a pinchar tampoco. En Las Palmas es distinto porque aquí hay muy pocos bares que pongan música fuera de la tónica general. Por eso puedo pinchar aquí, porque en estos pubs buscan a gente como yo, que pueda poner música fuera de la norma de la ciudad.

Creo que no lo hago mal, pero soy consciente de que he llegado al límite de donde podía llegar. Yo no sé mezclar, sólo pongo canciones, aunque es verdad que intento mantener un desarrollo y una coherencia al hacerlo.

También sé que esta afición tiene los días contados, aunque me dé rabia reconocerlo. Mientras, intento pasarlo bien y que también lo pase bien la gente.

Conozco djs que ya no son capaces de disfrutar cuando es otro el que pincha, así que casi no salen si no es para pinchar. Yo no quiero llegar a ese momento, así que cuando estoy pinchando sólo pienso en hacer una sesión con la que yo hubiera disfrutado como parte del público. Y, cuando pinchan otros, me olvido completamente de todo eso.

Eso sí, a comerme la cabeza no me gana nadie...

Besos

Jermanio dijo...

No es que hayas llegado al límite, es que no te has puesto a hacer nada más. Aunque hay un SW por ahí instalado en alguno de los portátiles al que podrías sacarle cosas muy chulas si fueras capaz de tener un minuto más de tiempo.

Ah, y por cierto, yo puedo contar que a mí una señora de cuarenta y muchos años en un momento de una sesión bastante tranquila de éxitos de los noventa en la que a ella se la veía muy cómoda me pidió sin anestesia Pizzicato Five y Jay Jay Johansson. Y en otra ocasión dos pesadas me estuvieron pidiendo los planetas porque les dije que era lo único que esa noche tenía pensado poner en español y ellas querían cantar los temas. Les dije que a J no se le entiende y que podían cantar lo que quisieran con cualquier otro tema en inglés, francés o húngaro. Me insultaron y se fueron.

Ana Saturno dijo...

Ah, los fans de Los Planetas, qué elementos. Deberíamos hacer un estudio sobre el tema, a mí me preocupa sinceramente este asunto.

De lo del tiempo no te digo nada, que ya sabemos que es mi lacra, pero que sepas que si no he seguido adelante con la sesión es porque no encuentro lo que quiero para completarla. Pero estoy en ello y lo mismo en unos días consigo ponerme de nuevo.

Besos