14.10.08

libros: el poder de las tinieblas (ii)

El más alto me empujó en dirección al coche, un BMW Serie Siete plateado, que se acercó a nosotros y giró a la derecha a la vez que se abría la puerta trasera. Dentro había otro apuesto demonio con el pelo color castaño y corto y un arma apoyada en el muslo. El conductor, más joven que los demás, hacía pompas con un chicle y escuchaba una emisora de rock por la radio. Cuando entré en el coche, empezó a sonar la voz de Bryan Adams cantando el tema Don Juan de Marco.
- ¿Sería posible cambiar de emisora? - pregunté al arrancar.
A mi lado, el del labio leporino me hincó con fuerza el cañón de su pistola.
- Me gusta esa canción - declaró, y tarareó por un momento -. No tienes sensibilidad.
Lo miré. Creo que hablaba en serio.
John Connolly.

PD. He recuperado mi tiempo de lectura. :-)