9.1.08

discos: alegranza

El Guincho es un bar mítico de Las Palmas, que forma parte de una trilogía magnífica junto con El Bote y el Hueco. Son los bares que han visto el final de la adolescencia de toda mi generación y parte de las siguientes. Bares de banquitos, sillas y mesas cutres, emblemas de la Tropical y de las hamburguesas y los bocadillos de dos pisos que sólo algunos son capaces de comer sin apuros. Esos bares que son importantes por la gente que hay en ellos antes que por el propio entorno, aunque el entorno sea el necesario para poder tener esa parroquia. Rincones perfectos para las conversaciones del final de la tarde, esas horas despreocupadas que se pasan felices con los amigos, o para el principio de la noche, cuando se contemplan anhelantes las horas venideras como una promesa de baile y diversión.

Cuando leí el nombre de El Guincho por primera vez fue estas Navidades, gracias a una revista gratuita de ésas que sólo puedo coger cuando voy a Madrid porque aquí no llegan. En este caso era la revista Vice y lo que yo no sabía aún es que leería veinte veces más ese nombre antes de volver a casa después de las vacaciones. Pero mi primer pensamiento, antes de saber nada más, fue “Este tío tiene que ser de aquí”. Y vi El Guincho, el bar, nítido en mi memoria y pensé que era el mejor nombre que podía elegir un músico salido de Las Palmas. El Guincho es un bar para estar orgullosos, un templo del buen rollo y de los momentos felices.

Sólo después me di cuenta de que era muy posible que el nombre no viniera del bar, sino del águila pescadora que habita en las islas orientales del archipiélago canario y que está en peligro de extinción. En el año 2006 quedaban entre 30 y 38 parejas del ave entre Canarias, Baleares y Chafarinas. No sé cuál es su estado actual, pero sí que es el ave más amenazada de España. El guincho, el ave, es de quien el bar toma su nombre. Si Pablo Díaz-Reixa, alias El Guincho, lo eligió por el bar o por el ave, es algo que no sabré hasta que él mismo lo diga.

Lo que sí pude confirmar, por medio de sus propias palabras en la Rock de Lux de este mes, es que Pablo es de Gran Canaria y de alguna forma yo supe en ese momento que escribiría esta entrada aún antes de haber escuchado su música. Que alguien salido de esta isla haya conseguido hacer un disco y colocarlo en casi todas las listas de los mejores discos nacionales del año, es un hito inmensurable. Si después uno lo escucha y se da cuenta de la tremenda cantidad de influencias, músicas, sonidos que El Guincho ha conseguido aunar para crear este universo palpitante y fabuloso, entonces es cuando le dan casi ganas de ponerlo en un pedestal.

Alegranza es un disco que hace honor a la raíz de su nombre, porque la alegría respira en todas las canciones. Si seguimos con las explicaciones regionales, habrá que explicar también que Alegranza es uno de los islotes de las Islas Canarias, situado al norte de la isla de Lanzarote.

Me resulta difícil elegir mis canciones favoritas en este disco. El comienzo es arrebatador, con Palmitos Park y su introducción con ritmos de calypso. En Antillas se desata el baile y cuesta mantener quietos los pies. Dan ganas de saltar, de dar palmas, de subir el volumen de la música. Fata Morgana trae un poco de sosiego, aunque es igualmente fascinante, y Kalise (la marca de helados con la que crecimos los niños canarios, y que ahora está asociada con La Menorquina) nos devuelve el ritmo y las ganas de mover las caderas con la cadencia de la percusión de fondo, que sigue mandando también en Cuando maravilla fui hasta que aparece el sampler de Los Gofiones y la canción se cierra. De nuevo llega la calma con Buenos matrimonios ahí fuera, quizá la que menos me gusta de todas junto con Costa Paraíso, que me resulta un poco machacona. Volvemos a bailar con Prez lagarto y nos preparamos para la despedida con la Polka mazurca, donde reinan Los Gofiones a lo largo de toda la canción. El conjunto, optimista, vital y exuberante, conforma un disco para la fiesta, para la alegría, para juntarse con los amigos y bailar sin preocupaciones.

En el blog de Discoteca Océano, el propio Pablo desgrana y explica todos los samplers del disco, incluyendo notas sobre cómo fue tratándolos y mezclándolos para crear estas canciones. Poco más se puede pedir, o quizá sí: que el disco se pueda comprar en Las Palmas, porque ayer no fui capaz de conseguirlo y hoy volveré al ataque, aunque teniendo en cuenta que sólo me queda El Corte Inglés por mirar, las posibilidades son más bien escasas. Si no, lo pediré por correo. En esas ciudades afortunadas como Madrid y Barcelona, lo pueden conseguir por 7 euros y medio. Yo no lo pensaría más.

Notas

  1. Me ha gustado especialmente el comentario de Pablo al respecto de los discos de Los Gofiones, en el que deja claro (ese firme “Y no, lo siento”) que existe una diferencia entre los discos que valen la pena en el folklore canario y toda esa cohorte de imitaciones, pastiches y redundancias que llevan años engendrándose.
  2. Hay una foto de El Guincho (el bar) al final de esta entrada del blog ¿Qué decir?
  3. Palmitos Park, el nombre de la primera canción, es un parque zoológico y botánico de Gran Canaria. Uno de los sitios a los que más ilusión nos hace ir de niños, de ésos a los que te lleva el colegio de excursión y te pasas tres semanas antes pensando sólo en que llegue el día de la visita. El Palmitos Park se quemó a final del verano del 2007 en ese terrible incendio que asoló buena parte de esta isla. Por las noticias que he leído, se salvaron la mayoría de los animales, pero más de la mitad de las plantas se quemaron sin remedio. Todavía están remodelando el parque para poder volver a abrirlo. En teoría, iba a llevar más o menos un año. Ojalá sea así.

10 comentarios:

anhh dijo...

Creo que esa entrevista es lo único que me ha gustado del número. Una cabeza bien amueblada la del muchacho, aunque por ahora no me ha gustado demasiado su música. Quizás con tu entrada y las suyas se me abran los ojos.(Muy buena la de Zebda también).

Ana Saturno dijo...

Muchas gracias! :-)

Pablo Suárez dijo...

enorme este disco, una fiesta continua de principio a fin.

Ana Saturno dijo...

Hola, Pablo, yo pienso lo mismo.

Bienvenido y un saludo

Anónimo dijo...

Me picó la curiosidad la duda de si el nombre venía del bar o del ave. Conociendo a Pablo, pensé que no debía tener relación con un bar; así que le pregunté directamente, y me ha confirmado que evidentemente se refiere al ave. Y si algún día ven a un guincho lanzarse en picado vertiginosamente en busca de una presa, zambullirse en el agua y emerger con ella entre las garras, entenderán la querencia por el ave y por la isla de Alegranza. Y efectivamente, es sorprendente que "alguien salido de esta isla haya conseguido colocar un disco en las listas nacionales", pero más sorprende saber que lo ha hecho solo, prácticamente sin apoyos (excepto el de sus colegas) y sin padrinos. ¡Chapeau, monsieur!

Ana Saturno dijo...

Muchas gracias, Javier, por despejar la duda. Ya veo que estaba errada en mi idea inicial. Supongo que mi cabeza está amueblada de una forma extraña... :-D

Un saludo y gracias de nuevo por el comentario y las aclaraciones

Anónimo dijo...

Ana, no me parece que tu cabeza esté amueblada de forma más extraña que la mía. Tu elucubración sobre el origen del nombre era perfectamente válida, y mi aclaración no tiene ningún matiz correctivo. Simplemente, yo también me hice la misma pregunta, y opté por ir a la fuente para encontrar la respuesta..

Por cierto, muy bueno el blog (yo soy colaborador habitual de www.laopiniondelanzarote.com).

joan dijo...

qué buen post!

Ana Saturno dijo...

Muchas gracias, Joan. Suelo leer tu blog y hoy estuve a punto de comentar lo buena que me pareció la entrevista a El Guincho y lo sensato que me parece él, pero al final no lo hice. Así que al menos te lo digo ahora.

Gracias por la visita y saludos

joan dijo...

gracias a ti, ana! reconozco que mi comentario era un poco escueto (tenía prisa!), pero no quería quedarme sin felicitarte porque tu entrada me parece una reflexión acertadísima y muy interesante.
aunque pablo no conozca ese bar del que hablas -y entran ganas de conocerlo-, a mí me parece que con todo lo que dices aclaras un poco más al personaje. enhorabuena.