breves: rdl
Anoche, desvelada y desesperada por no poder dormir, acabé encendiendo la luz de nuevo y abriendo la Rock de Lux de este mes para empezar su lectura. Cuál no sería mi sorpresa al encontrar las críticas de conciertos impresas sobre un fondo espantoso de publicidad de una marca de whisky.
Con un color oscuro y numerosas manchitas, el fondo me dificultaba bastante la lectura, no porque tenga problemas de vista (que afortunadamente no es el caso), sino por el puro cansancio. No quiero imaginarme cómo sería para personas que sí tengan algún problema para leer.
Yo sé que la publicidad está en todas partes y que los medios la usan como parte ineludible de su financiación, pero, por amor de dios, ¿es que no puede haber un límite? La publicidad nunca debería interferir ni entorpecer la transmisión de los contenidos de la publicación, que es lo importante a fin de cuentas.
He dicho.
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