batiburrillo de navidad
No sé en qué momento de sus vidas suelen adquirir los niños la conciencia religiosa. Supongo que bastante pronto, lo que no deja de parecerme absurdo. En mi caso fue más o menos a los cinco años, cuando llegué al colegio y me di cuenta de que era la única que no se sabía el Padre nuestro que le hacían rezar a las niñas al llegar cada mañana, y que además me sacaban de clase cuando llegaba la hora de la religión y me llevaban con otras tres o cuatro niñas a clase de "pinta y colorea". Al cabo de dos años el colegio se hizo mixto y al cabo de cuatro llegaron las clases de Ética, pero seguíamos siendo una aplastante minoría.
Durante los años del colegio, lo que más preocupaba a mis compañeros cuando les decía que era atea era si no celebraba la Navidad. Me acuerdo siempre de la cara de susto con que me preguntó una de ellas si no venían los Reyes a mi casa. Y sí, sí venían, y siguen viniendo. Lo cierto es que en mi casa siempre se ha celebrado la Navidad, con villancicos y todo.
Y a mí me gusta celebrarla. Me encanta que haya unos días en el año en que la gente se desee que sea feliz. Que procuren sonreír más y decir más cosas buenas que malas. Me encanta ver a la gente que hace tiempo que no veo, o al menos acordarme de ellos si no los puedo ver. Sentarme a analizar mi año y hacerme propósitos de cambio que quizá cumpla y quizá no. Estrenar agenda (este año así de chula, porque yo lo valgo). Hincharme a polvorones. Guardar el almax en el bolso y llevarlo a todas partes. Recibir y hacer regalos. Cantar Acapulco, ese gran éxito de The Bucannan, a las cinco de la mañana. Permitirme un capricho, como éste:
Un cuadro de Max.Mala, que expuso en el Rooming el viernes pasado y éste me encantó desde que entré por la puerta. Un rato más tarde y gracias a la artista, que es encantadora además de que hace unos cuadros estupendos, lo había comprado y al terminar la Nochebuena, llegamos a casa con él. Ahora tiene su sitio asignado y en breve estará colgado en la pared.
Todas esas cosas buenas tiene la Navidad. También tiene malas, claro, pero las buenas son tantas que lo demás nos da igual.
Y aunque este año esté siendo un poco raro porque el espíritu navideño sólo lo tengo a ratos, estoy intentando combatir los malos pensamientos como puedo y hay cosas que siempre ayudan.
Por ejemplo, esta fantástica entrada en Fogonazos, ese gran blog.
O el partido del Granca del domingo pasado, que le ganó al DKV Joventut y salimos de allí felices y contentos después de habernos dejado la garganta, las manos y las piernas de tanto animar. Fue un partidazo en toda regla, con nervios, tensión y todo lo demás. Ahora tenemos la próxima cita el día de Reyes a las 11:30 de la mañana, con el consiguiente nerviosismo de mi primo que considera rarísimo eso de pasar un 6 de enero tan heterodoxo.
O volver a ver Cuando Harry encontró a Sally, que es una de mis películas preferidas y además la única en la que soporto bien las menciones a la Navidad. Y como este año no había puesto aún ninguna canción de Navidad, pues aquí está Have yourself a merry little Christmas, en la versión de Bing Crosby, que es la que sale en la película.
La foto tan chula que encabeza esta entrada me la mandó Remo y es una de las "Astronomy pics of the day" de la NASA, la del día 13 de diciembre.
Y eso es todo por este año, volveré a partir del 6 de enero. Les deseo a todos una buena entrada de año y que el 2008 sea un año espléndido y feliz. Por mi parte, haré todo lo posible porque así sea.
Feliz 2008. Sean buenos: pórtense regular.