10.3.09

películas: sonic outlaws

Disculpen mi ausencia de estos días, pero la gripe me ha tenido fuera de juego desde el viernes pasado. Parece que hoy empiezo a ser una persona normal de nuevo, no un ente barrigoncito tomado por los mocos, los estornudos y el dolor de cabeza. Así que intentaré retomar el blog de la mejor forma que se me ocurre: contándoles lo mucho que me gustó la única película que he podido ver del Festival de Cine de Las Palmas.

Sonic Outlaws, de Craig Baldwin, es una película collage sobre el culture-jamming, el sampling, el copyright y los derechos de autor. Mediante el uso de found footage, entrevistas y sonidos, el director va ilustrando las contradicciones de las reglas del juego que las discográficas, los artistas y las sociedades de gestión han establecido en nuestra sociedad. La película data de 1995, pero bien podría haberse filmado ayer. En estos años, lejos de solventarse algunos de los sinsentidos en torno a este asunto, da la sensación de que se han agravado. Quizá la única diferencia entre entonces y ahora sea que Internet ha permitido dar a conocer de forma amplia la mayoría de los abusos que se cometen, pero los niveles de paranoia de la industria han ido aumentando hasta límites de esquizofrenia.


Craig Baldwin presentó la película en una introducción delirante, en la que no dudaba en quitarle el micro al traductor para comentar él mismo en español algunos de los conceptos que había explicado en inglés un par de minutos antes. También es cierto que el traductor tuvo que pedirle aclaraciones sobre algunas frases en más de una ocasión, quizá porque las intervenciones del director se convertían en parrafos interminables... y simpatiquísimos, todo hay que decirlo. Aún así, creo que después de la presentación quedaron muy claras las intenciones del autor de la película, y en caso de que a alguien le hubiera quedado alguna duda, con el visionado de la misma se disipaban completamente.

Sonic Outlaws es un caudal de información inagotable que se presenta de forma amena, inteligente y con mucho sentido del humor. Empieza relatando el incidente de Negativland con U2, ocurrido con la publicación del EP que ven en la imagen en 1991. Este incidente se convierte en una especie de motor o coartada sobre el que se construye todo el resto de la película. En la página web del grupo hay muchísima información sobre ellos, y les aconsejo que empiecen por la sección FAQ si quieren echarse unas risas (lean cómo se ganan la vida los distintos miembros del grupo). Negativland hablan con el director en distintas piezas a lo largo de todo el metraje, exponiendo de forma clara todo lo que sucedió con Island Records y U2 e ilustrando aquello que ya sabíamos: que las leyes del mercado son las que deciden quién gana y quién pierde y para quién se aplican las leyes y para quién no. Además de ellos, hay entrevistas con John Oswald, los Tape-beatles, Alan Korn y la Emergency Broadcast Network. También se habla de la Barbie Liberation Organization, por ejemplo, y de los casos de otros grupos musicales llevados a juicio por causas similares a la de Negativland, como 2 Live Crew y su sampleado de la canción Pretty woman (en este caso se consideró que el sampleado era una parodia y por tanto se permitía su uso).

La cantidad de información que se presenta en la película es altísima, pero con un simple vistazo en Internet podemos comprobar que es sólo la punta del iceberg. Si uno quiere pasar unas cuantas horas leyendo, lo que va a encontrar es sin duda de lo más interesante. La película también lo fue.

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