20.8.08

aeropuerto

Mis abuelas siempre me llamaban cuando se enteraban de cualquier cosa que había pasado en Madrid. Muchas veces también por sucesos de otras ciudades peninsulares, incluso alejadas muchos kilómetros. Todo lo que les sonaba a peligro que pudiera pasar cerca de donde vivía su nieta las hacía alarmarse de inmediato.

Hoy las llamadas nos han llegado desde la Península, donde nuestros amigos se preocupaban por si acaso estábamos viniendo de algún sitio desde Madrid. Nosotros estamos bien, en Las Palmas, pero sobrecogidos y muy tristes por la noticia del accidente.

En la tele siguen diciendo que hay alrededor de 40 muertos, pero la página web de El Mundo habla ya de 140. Me gustaría creer que van a ser pocos, pero después de oír cómo ha sido el accidente, no tengo muchas esperanzas.

Hago recuento de todos mis amigos desde hace un rato, intentando acordarme de si todos están aquí. Creo que sí.

Preferiría seguir aburrida. Días como éste no deberían existir.

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