estoy feliz, feliz
O mejor dicho, feliz, feliz, feliz.
Por primera vez en mi vida he podido votar en una urna (bueno, en tres) y no en una ventanilla de la oficina de Correos. La noche del domingo, después de ir a dar una vueltilla con una amigo, llegamos a casa para descubrir que en esta ciudad por fin se le ha dado la vuelta a la tortilla. Ahora sólo queda esperar que las cosas vayan mejorando. Por lo menos la actitud va a ser distinta, y eso por aquí hacía mucha falta.
En otro orden de cosas, este domingo vivimos el partido más emocionante de toda nuestra historia de aficionados del Granca. Estuvimos al borde del infarto casi todo el rato, pero el colmo fue el final del cuarto cuarto: con el reloj a 0:00 y dos puntos por debajo de esos marrulleros del DKV, los arbitros tuvieron un lapsus con respecto al resto del partido y nos pitaron una falta a favor. Savané, el jugador estrella del Granca en la pasada temporada y que este año ha estado más bien en horas bajas, tenía en su mano empatar el partido e ir a la prórroga. Pero los tiros libres no son su fuerte precisamente. Yo no quise ni mirar. El rugido de la gente me avisó en cada uno de que había conseguido meterlos.
Y en la prórroga, más de lo mismo. Ganando de un punto, otro de nuestros jugadores con dificultades en los tiros, Kornel David, podía ponernos a tres, y lo hizo. Sólo quedaban diez segundos y los jugadores optaron por defender la posesión contraria. Menos mal que Paco Vázquez falló el triple y conseguimos coger el rebote.
En fin, para los que no sepan de qué va la cosa, les cuento que el Gran Canaria había perdido los dos primeros partidos de los play-off. Nos estamos enfrentando en los cuartos de final con el DKV Joventut, y hasta ahora, en toda la historia del club, nunca habíamos ganado más de un partido en los play-off, hace dos temporadas. Este fin de semana, primero el viernes en Badalona, y luego aquí el domingo, nuestro equipo consiguió remontar y ponerse 2-2 en la eliminatoria. Mañana se decide todo en casa de ellos, pero nosotros al menos ya hemos tenido nuestro pequeño momento de gloria. Y de qué manera.
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