7.2.07

divagaciones de febrero


Desde hace varios días, los escaparates por los que paso al ir a trabajar han empezado a llenarse de sandalias y bailarinas de verano. Cuando digo de verano no quiero decir "ah, son celestes, eso es que son de verano". No, yo quiero decir de verano de verdad. Con agujeros.

Yo las miro, tan relucientes en los escaparates, y me parecen bichos raros. Ya sé que Las Palmas no es Siberia. Pero aquí estos días también hace un poco de frío y llueve bastante. Lo normal, para ser febrero. Y a mí, que soy un poco friolera, se me ponen los pelos como escarpias de sólo pensar en salir a la calle con los pies cubiertos por unas tiritas de nada.



No es sólo eso. Es que nosotros todavía estamos comiéndonos los turrones. Y quizá sea porque somos un poco lentos, pero también puede ser que haberlos comprado a mediados de diciembre y no en octubre tenga algo que ver.

Así que ahora mismo me veo incapaz de pensar en cosas como sandalias o camisetas de tirantes. Prefiero disfrutar de los últimos días de frío con calma. Y vivir la vida a mi ritmo, no al que me marcan, que en cualquier momento nos intentan meter por los ojos la vuelta al cole otra vez.

Menos mal que nunca nos hemos vendido a otros inventos yanquis importados por El Corte Inglés. Veremos sandalias en los escaparates, pero por lo menos nos libramos de otros engendros que pululan por ahí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayyyyyy!!!! Si es que cada año nos quieren poner antes a mirar pies... Creo que me se de uno que, pronto dejará de pensar en las bolsas del picnic...

Herr Schönheit Von Vogelsang dijo...

en realidad es más una cosa de calzado que de pies... los pies huelen y tienen uñas!

Jermanio dijo...

Buff
por partes:
No llueve nada. Cayeron cuatro gotas la semana pasada y tuvimos hace tres fines de semana un chaparrón de los buenos. Punto.

Segundo. ¿frío? Ayer estábamos a 22 grados a las 6 de la tarde y lo único que nota uno es que en la sombra el viento húmedo se enfría y es muy desagradable. Pero nada que ver con frio.

Tercero. Los escaparates están llenos de bailarinas y sandalias. Anda ya, pero si los carteles de Rebajas y segundas rebajas y quintas rebajas y te regalamos a la abuela si te compras tres faldas y dos blusas no dejan ver lo que hay expuesto.

No entiendo qué te ha dado pero no estoy nada de acuerdo contigo. Los días son soleados, hace una temperatura agradable al solecito, como junio en Toledo o Madrid para que os hagáis una idea la mayoría, y no miro escaparates porque voy pendiente del suelo por si meto el pie en otro agujero y termino haciéndome un nuevo esguince. Ese es mi febrero.
Echo de menos el frio seco de verdad: con guantes, bufanda, gorro y abrigo de los buenos.

Besos para todos
Jenaro