personal: last.fm

A pesar de que Last.fm me parece un invento divertido, en mi caso tiene un inconveniente bastante grande, y es que no refleja la música que me gusta escuchar. Refleja lo que escucho mientras estoy trabajando (y por tanto, intentando evadirme del resto de la oficina para concentrarme un poco). En el ordenador del trabajo es dónde único tengo instalado el scrobbling, y también es el sitio donde escucho la música nueva que llega a mis manos. Por eso hay muchas canciones que escucho una y otra vez hasta que consigo decidir si me gustan o no. También por eso nunca aparecerán en mis listas mis discos preferidos, esos que ocupan un sitio especial en las estanterías de casa. Para colmo, si estoy programando me gusta escuchar música electrónica o al menos movidita, así que eso lleva a una descompensación un poco ficticia.

Quizá por eso tengo Last.fm como quien tiene un animalillo al que no hay que hacerle demasiado caso. Lo alimento cada día, porque el scrobbling siempre está activado, pero no le presto mucha atención. Hace un par de días, sin embargo, me animé a entrar en mi perfil de la web para ver qué pinta tenía y qué cosas se podían hacer con la página. Y me entretuve con dos aplicaciones: la calculadora de AEP (creo que debe ser Average Exponential Profile o algo así) y el eclectic score. Ambos miden más o menos la diversidad de los artistas que uno ha escuchado según su Last.fm. En el primer caso, el máximo es 5 y a partir de 4 se considera que tienes un gusto bastante diverso. Obtuve un 4,35. En el segundo caso, se basan en la lista de tus 20 artistas más escuchados y buscan 5 artistas similares a cada uno de ellos. Dependiendo de si esos artistas similares se repiten o no, la puntuación varía. El máximo es 100, cuando no se repite ninguno. Yo tengo un 95/100.

Esto corrobora mis ideas sobre el invento del scrobbling. Se supone que lo contrario a mí es alguien que escucha compulsivamente un disco o a un grupo. Y ése es precisamente el comportamiento que yo tengo en casa. Desde que volví de las Navidades, sólo escucho una y otra vez el disco de Grande-Marlaska, los dos primeros de La Buena Vida y a Zebda. De hecho en casa no escucho nada que no tenga en cd. Así que no sé muy bien si estoy en un punto medio o más bien es que tengo un comportamiento de montaña rusa.

Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue lo que vi a continuación. Resulta que mi usuario de Last.fm pertenece a cinco grupos, aunque para esos grupos yo debo de ser poco más que un mueble, porque es como si no estuviera. Bueno, pues por una corazonada entré en las páginas de cada grupo y miré cuál era el artista más escuchado por sus miembros. Y en los cinco casos, y esto es lo que me resulta más chocante, porque ninguno de los grupos tiene nada que ver con los otros, pues en los cinco el artista más escuchado era el mismo: Radiohead. Así que supongo que ya ha llegado el momento de confesar una de esas cosas que he estado guardando en secreto (y no es coña, sólo lo saben dos personas) durante años.

No me gusta Radiohead.

Ya está dicho.

No sólo es que no me gusten, es que nunca he escuchado un disco entero. Y se supone que, con mis gustos musicales, es un grupo que me debería encantar. Y no, nada. Pero tengo un motivo, bastante estúpido, pero motivo, al fin y al cabo. No soporto la voz de Thom Yorke, y es por eso por lo que no escucho a Radiohead. Es oírlo y se me erizan los pelos, pero no de emoción, es que la voz me pone nerviosísima. A veces Jenaro ha estado escuchándolos sin yo saberlo, y al oír el principio de una canción he pensado en lo bien que sonaba. Pero entonces empezaba a cantar y ya se había fastidiado todo. Y me da bastante rabia, así que lo mismo un día de estos hago de tripas corazón y lo vuelvo a intentar, a ver si me termina gustando. Supongo que debería empezar por el OK Computer, creo que todo el mundo dice que es el mejor. Ya veremos.