29.1.10

the end: salinger

Ayer murió el autor de uno de mis libros preferidos. No, no es El guardián entre el centeno, sino Nueve cuentos.

Salinger tenía 91 años y no parece que tuviera intención de escribir nada más, ni se puede decir que sea una carrera literaria truncada demasiado pronto, como ha sucedido en tantos otros casos recientes, algunos que todavía duelen. Así que hoy, más que ponerme triste, he preferido disfrutar una vez más con uno de esos cuentos que tanto me gustan.

Bye-bye, Jerome, y gracias. Hoy tampoco es el mejor día para el pez plátano.

PD. Por cierto, estaría muy agradecida si alguien pudiera explicarme esto. ¿Es una simple boutade o es que le tenía manía por algo?
PD2. Nueve cuentos en español.

28.1.10

www: spotify también hace mixes

¿Han probado a buscar Heavenly en Spotify? Miedito, ¿no?

Otras veces ya había tenido la sensación de que se mezclaban grupos o artistas distintos con el mismo nombre, pero hoy he visto que hasta en los grandes éxitos (es un decir) que aparecen al principio hay canciones de los dos. Los artistas similares también son un revoltijo de lo más turbador, y si van a la tercera pestaña, Radio del artista, verán esto: "Géneros: Indie Pop, Twee Pop, Indie Rock, Heavy Metal, Alternative Pop/Rock, Alternative/Indie Rock, Pop/Rock, Power Metal, Pop-Metal, Progressive Metal".

¿Qué pensarán los fans del grupo heavy cuando abran la página?

26.1.10

mix: 2010 #1

01 JJ - Things will never be the same again
02 Globes On Remote - Space Camp
03 Digits - Monster
04 Terry Poison - Comme Ci Comme Ca (The Twelves Remix)
05 Two Door Cinema Club - Something Good Can Work
06 Sambassadeur - Days
07 Jeremy Warmsley - Dancing With The Enemy
08 Air Waves - Knockout
09 Golden Silvers w Hypnotic Brass Ensemble - Arrows of Eros
10 Anya Marina - Whatever You Like (T.I. Cover)

Este mix debería haber sido el número 6 del 2009, pero nunca llegué a terminarlo. No sé muy bien por qué me quedé atascada y no avanzaba. Y los motivos para terminarlo hoy no han sido muy halagüeños: lo he retomado para poder ponerme con el que de verdad me apetecía hacer. Cuando fui a revisar la carpeta donde voy guardando los mixes me encontré con diez canciones como diez soles abandonadas a su suerte durante un par de meses y me dio tanta pena que decidí reordenarlas y subirlas antes de ponerme con el siguiente.

En realidad algunas de estas canciones son bastante destacables, como la versión de Whatever you like, que me encanta. No tienen créditos porque ya no sé de qué blog venía cada una, pero hay un par de ellas que vi por primera vez en el blog de Lito y otras dos de Music for Robots.

Espero no tardar tanto en terminar el siguiente.

Por cierto, el generador - ¡albricias! - ha vuelto, así que este año tocan sellos redondos con animales. El mix, claro, en la imagen.

www: menudo rojerío anda suelto por Washington

O una muestra más de la ineptitud creciente en la prensa española. En esta entrada de Libro de Notas hay dos enlaces sin desperdicio.

24.1.10

canciones: cudderisback

Kid Cudi feat. Vampire Weekend = temazo.

21.1.10

canciones: stylo

O lo nuevo de Gorillaz.

Actualización: los de EMI han bloqueado el otro enlace por copyright y bla bla bla, y el de ellos tiene la inserción desactivada (no vean lo que me quema eso). El enlace al vídeo oficial es éste.

Vía Nialler9.

vídeos: spot

Me siento feo.

Momentazo. El final no me termina de convencer, eso sí.

19.1.10

www: canarias y el e-commerce

Una de las primeras cosas que descubres cuando tienes un hijo es que las tiendas que tienes a tu disposición, al menos en Las Palmas, son escasas, pequeñas, clásicas y con las mismas cosas unas y otras. Exceptuando el departamento de bebés de El Corte Inglés, que es una especie de paraíso para madres millonarias, no hay muchos sitios donde comprar algo diferente a lo habitual. Así que, como se imaginarán, cuando fui a elegir algún regalito de Reyes para Diego, decidí elegirlo en algunas tiendas online que ya conocía.

La primera experiencia fue inmejorable. Compré unos pañuelos para las babas (no, no baberos, sino unos pañuelitos la mar de monos para ponérselos al salir a la calle) en Nordic Jungle, una tienda que vende ropita y algunas cosas más para niños de distintas marcas nórdicas. Les escribí preguntando por los gastos de envío a Canarias y me respondieron enseguida diciéndome que eran gratis. Los pañuelitos nos llegaron en una semana, y eso que estábamos en Navidad, acompañados por una pegatina para el coche y una bolsa de tela de regalo. Hace unos días pedí dos más y me han llegado incluso en menos tiempo.

El surrealismo comenzó al buscar el siguiente regalo. Hacía tiempo había leído sobre este muñequito y quería comprar uno para Diego. Así que me puse a mirar si había alguna tienda que lo distribuyera aquí, sin éxito, claro, y a continuación miré las que lo vendían por internet. Entonces empezó la fiesta.

Hay tiendas que no mandan paquetes a Canarias, debe ser que no saben cómo saltar el murito que nos rodea en los mapas de la EGB, como mundobebes.net, por ejemplo. No se imaginan la frustración que llevo años acumulando con esa dichosa frase: "sólo válido en Península y Baleares". En inizios.com son un poco más inteligentes y a Canarias, Ceuta y Melilla mandan los paquetes por Correos en lugar de mensajería, con lo que el precio es razonable, pero sólo tenían el muñeco en rosa. En bayon.es no han pensado en esa solución, así que cuando fui a mirar los gastos de envío me salían por nada más y nada menos que 68 euros. ¡68 euros! Teniendo en cuenta que el muñeco costaba 19,50 euros, no sé qué clase de gastos de envío son ésos. Sobre todo porque he tenido que mandar paquetes a la Península y viceversa por mensajería algunas veces y el coste nunca ha pasado de 18 euros (con MRW), así que aquello no había por dónde cogerlo.

Les escribí, como suelo hacer con las tiendas de internet. Si no tienen un buen servicio por correo electrónico las voy tachando de la lista. Me respondieron ese mismo día, así que por ese lado no tengo queja. Pero su sugerencia fue que les dijera qué quería pedir para ver si la empresa de transportes les hacía un precio más barato y que si no, que lo podían mandar a algún punto de la Península. La frase concreta fue: "Lo que podríamos hacer también es mandárselo algún lugar de la península, que seguro que le sale mucho mas barata e incluso si supera los 100.00e de pedido le saldrían los portes Gratis". Llevo desde entonces tratando de perfeccionar un teletransportador que me mande el muñequito desde ese punto aún por decidir de la Península a mi casa EN CANARIAS, pero aún no he dado con la fórmula. Seguro que en algún momento se me ocurre y puedo ahorrarme los 68 euros de gastos de envío.

Estaba tan quemada por el asunto que dejé de buscar, hasta que se me ocurrió mirar directamente en la página del Cuski y vi que lo vendían ellos mismos. Costaba bastante más barato que en las tiendas españolas, así que con los gastos de envío se quedaba en 20 libras. Sin embargo, decidí mirar qué otras tiendas por internet recomendaban ellos y por fin encontré lo que necesitaba: totslots.co.uk. Vendían el Cuski por 11,49 libras y los gastos de envío eran gratis a toda Europa, donde por cierto, sí incluyen a las islas Canarias. Así que lo pedí y en una hora ya me lo habían mandado. Me llegó a los pocos días. Coste total: poco más de 13 euros. Sólo el muñeco costaba 19,50 en todas las tiendas españolas.

Moraleja: a partir de ahora miraré las páginas inglesas antes que las españolas cuando quiera comprar algo para el peque. Excepto Nordic Jungle, claro, que es una maravilla de atención y rapidez.

Lo mejor del asunto es que, después de tantas vueltas, Diego pasa completamente del muñequito para dormir, pero encima de su cunita queda la mar de mono (o también llamado "quien no se consuela es porque no quiere").

18.1.10

días extraños

La semana pasada me puse mala. El fin de semana anterior, por un cúmulo de circunstancias desafortunadas (dejémoslo así), tuve que trabajar intensivamente desde casa. Me echaron una mano Jenaro y mi madre en todo lo que pudieron, pero nadie me quitó acostarme de madrugada viernes, sábado y domingo. Si a eso le sumamos que el peque necesita atención y cuidados constantes, imagínense la piltrafilla que llegó a trabajar a la oficina ese lunes.

Y el martes exploté. Me tuve que ir a casa un cuarto de hora antes de que acabara mi jornada laboral porque me encontraba fatal y cuando llegué me metí en la cama muerta de frío. Me subió la fiebre hasta casi 39º y tenía escalofríos que no se me quitaban ni por nada. El bonito cuadro se completaba con un dolor de huesos que parecía que me habían dado una paliza. Al día siguiente fui a urgencias y me diagnosticaron gripe, pero yo sabía que no era eso lo que tenía. Efectivamente, no volví a tener fiebre ni escalofríos, aunque todavía me dolía la cabeza, el cuello y los riñones. Agotamiento y estrés, ese fantástico cóctel molotov, es lo que tenía.

Así que estos últimos días han sido de reflexión, por llamarlos de alguna forma. He hablado mucho sobre lo que me pasó y he llegado a la única conclusión que veo posible: necesito tomarme las cosas con más calma. He estado haciendo recuento de obligaciones y tratando de eliminar todas las que me sobran. Algunas me las he puesto yo misma, un montón de tengoqués que resuenan en mi cabeza sin descanso. También he hecho un listado de prioridades y he intentado ordenarlas. Algunas están claras, pero con otras aún tengo trabajo mental por hacer.

En fin. Estoy aprendiendo que tengo un límite físico que no puedo superar. Mi tiempo no es elástico, mis fuerzas ya no lo son tampoco. Estos días de relativo descanso me han venido muy bien, física y psicológicamente. Ayudan a ver las cosas de otra manera.

Mi principal objetivo ahora mismo es volver a disfrutar de las cosas que hago en mi tiempo libre, porque en algún momento de los últimos meses había perdido esa capacidad. Tomarme el trabajo con más calma también, conlleve lo que conlleve.

Tengo algunas cosas pendientes para escribir en el blog desde hace varios días, pero estaba intentando limitar al mínimo el tiempo que tenía encendido el ordenador. Iré escribiéndolas poco a poco.

7.1.10

personal: más confusión, aunque no más ruido

Sigo intentando ponerme al día con los discos del 2009. Hay ratos en los que me dejo llevar por la impaciencia y, en lugar de atacar un disco desde el principio, pincho canciones al azar, escucho un par de notas y salto a la mitad del tema para seguir escuchando un ratito. Pocos superan ese test de aleatoriedad. Curiosamente, es el mismo que suelo emplear cuando un libro me llama la atención en alguna tienda y no conozco al autor. Lo cojo, leo las primeras líneas y salto a un punto indefinido cerca de la mitad del libro para leer algunas líneas más. Si superan la prueba, lo compro o lo apunto para futuras compras. Y de vez en cuando sucede.

Me pregunto si el hecho de que los discos no pasen bien el test se debe a que sé muy bien lo que le pido a una novela, pero no lo que le pido a un disco. O si es porque la literatura que me gusta está muy definida y pocas veces me salgo de ese camino, mientras que la música que escucho se podría calificar, siendo amables, de dispersa.

Lo cual me lleva a la discusión que nos ha tenido enredados a Jenaro y a mí la mitad de las navidades, y que aún colea. Más o menos el objeto de la discordia es lo distinta que es la música que esucho ahora de la que escuchaba hace unos años. Supongo que todo se podría resumir en saber por qué, por primera vez en la vida, escucho cosas bastante compatibles con lo que escucha mi hermano (también conocido cariñosamente por mí como "el máximo de la Máxima"... de la Máxima FM, se entiende). No es lo que oigo exclusivamente, ni mucho menos, pero es que antes nuestros gustos ni se rozaban.

Tanto Jenaro, en su extrañeza, como yo, en mi defensa, tenemos argumentos de sobra. Pero el momento en que por primera vez decidí que la discusión dejaba de tener sentido fue después de pinchar durante un rato en el ROOMing el otro día. Dije que había horrorizado a los pocos amigos que estaban por allí, y aún lo pienso. Sin embargo, yo ese día necesitaba varias cosas que sólo podía proporcionarme una sesión como la que hice: divertirme de principio a fin, poner lo que me diera la gana sin condicionantes externos y pinchar temas que sabía con seguridad que no iba a poner nadie más (era una tarde-noche con 10 DJs distintos). El momento de poner El tigeraso de Maluca supongo que fue el súmmum del horror para ellos. A mí me parece una canción bastante divertida, pero reconozco que la diversión se termina cuando eres la única que lo piensa.

Así que ahora he vuelto a una especie de confusión músico-existencial, una extrañeza permanente conmigo misma y con mi entorno. En general todo se resume más o menos así:

  • hay música que me requiere esfuerzo y tengo que escuchar en momentos en los que pueda dedicarle tiempo. De ésta cada vez escucho menos.
  • hay música que me acompaña cuando estoy haciendo otras cosas y a la que no sólo no necesito prestarle atención, sino que me ayuda en el resto de mis tareas. Mucha de la música electrónica más tranquila que escucho se engloba en esta categoría.
  • hay música que me horroriza o me aburre y por tanto no la escucho.
  • hay música que me divierte y me sube el ánimo y ésa es la que prefiero pinchar, la que escucho en el iPod cuando me lo pongo por la calle y la que me gusta oír si entro en una tienda (se sorprenderían de lo bueno que es el hilo musical del H&M de aquí). Esta categoría, la mayor de todas, antes se componía casi exclusivamente de rock y pop y ha ido mutando para contener muchas otras cosas. Por el camino la cantidad de rock y pop se ha ido reduciendo bastante.
Además, me he saturado de las etiquetas y discusiones sobre lo indie y lo no indie, y ha llegado un momento en el que si alguien menciona esa palabra mi primera sensación es de rechazo. Eso no impide que uno de mis discos preferidos del 2009 sea el de The XX, a los que todo el mundo se refiere como grupo indie. Pero no pienso en ellos en esos términos, como en general no me dedico a etiquetar nada.

En cierta forma estoy más dispuesta a escuchar sonidos distintos a los que eran habituales para mí y mis gustos son más permeables que hace unos años, pero me pregunto si eso me ha hecho perder un cierto criterio musical.

Les pongo un ejemplo práctico. En un gesto de osadía que le honra, Jenaro ha decidido intentar entenderme y ahora se lleva mi iPod para ir a correr. Es un iPod de 2GB en el que sólo tengo algunos discos (pocos) y canciones sueltas de las que pinchaba en las sesiones del Mojo. Es decir, música movidita. Ha empezado a escuchar las canciones en orden y ayer, que era el tercer día de la prueba, llegó horrorizado. Según él, todo iba bien, porque le había tocado oír la segunda mitad del disco de The Bug y luego algunas canciones sueltas de Buraka Som Sistema. Las dos cosas le gustan. Luego no sé si vino alguna otra cosa y, de repente, la hecatombe. Tengo una canción de Cassino, Tu noche en mi coche. Supongo que es un buen ejemplo de canción que a mí me gusta por cualquiera sabe qué motivos (no los podría definir, la verdad), pero que a él puede muy bien parecerle aborrecible.

Ejemplos como ése son los que me hacen pensar en mi propio criterio musical. Hace años creo que esa canción también me hubiera gustado, pero hubiera sido una simple boutade por mi parte, entre toneladas de lo que se podría llamar "buen gusto". Eso me recuerda a cuando conocía a María, la amiga de la que hablaba en esta entrada (y que, por cierto, me encontró por el Facebook poco después y ahora ya estamos en contacto, como para menospreciar a la paginita de marras). Empezamos a hablar de música y, aunque ella me llevaba siglos de ventaja, compartíamos muchos gustos. Digamos que era el perfil más o menos indie o alternativo (cuando ninguna de estas dos etiquetas se habían vuelto aborrecibles) de mediados de los 90. Lo curioso es que cuando hablábamos de grupos que se salían un poco de esa línea, las dos coincidíamos también en ellos. No sé que nombre le daríamos en esa época. Tampoco sé si son lo que se suele llamar guilty pleasures. Simplemente, eran artistas que se salían de nuestras escuchas habituales, y esa extraña sincronía en nuestros "gustos raros" nos llamaba la atención.

Hoy en día, si yo empezara de nuevo la Universidad y me pusiera a hablar de música con alguien, no sé si encontraría a alguien con un perfil como el mío. Es más, me encantaría saber cuál es ahora mi perfil, y si es posible definirlo con alguna palabra que no sea incoherente.

Y en esas estoy. Pausa. Pasemos a algo más tangible.

Durante estos días no he escuchado discos suficientes como para poner las portadas y esas cosas habituales en las entradas anteriores, pero sí he oído alguno que otro. Clair, de JP Nataf, por ejemplo, que tuve que oír en Spotify (con su publicidad cada vez más incordiante) porque no lo encuentro por ningún lado, y que me gustó mucho. También me gustó muchísimo el de The Horrors, aunque creo que aún me faltan escuchas que darle, pero me sorprendió muy favorablemente. Yo no había escuchado el primero, pero después de leer críticas tan buenas de éste, me animé, y la verdad es que creo que está bastante bien. Eso sí, no paro de preguntarme cuándo se convirtieron en Joy Division, sobre todo después de escuchar canciones como ésta:


Los Reyes Magos, que ya saben que son muy sabios, me trajeron de regalo Chill Out, el disco de Joe Crepúsculo, y no vean lo que gana escuchado en la cadena y no en los auriculares. Creo que le voy cogiendo más cariño que la primera vez que lo oí.

En el apartado de lo olvidable, el disco nuevo de los Editors, con canciones que parecen de Duran Duran, pero interminables.

Y hoy estoy empezando el día con una mixtape de Buffet Libre, Verbena Selected 4, bastante entretenida. Supongo que en algún momento reuniré fuerzas para ponerme a escuchar los demás discos que me faltan del 2009 en condiciones y no en modo "pincho aquí, pincho allá". Mientras tanto, volver a los clásicos con una mixtape como ésta es una buena forma de que todo lo que he escrito deje de tener importancia, si es que la tuvo alguna vez.

4.1.10

breves: este año sí

Dos abonos de tres días: (99 € + gastos) * 2
Protectores auditivos Peltor Kid: 18,37 €
Dos pasajes de avión Gran Canaria - Barcelona: aún por encontrar
Habitación con cuna en hotelazo en el mismo Fórum: una pequeña fortuna

Saber que este año vuelves a tu festival preferido y además con el peque: no tiene precio.