Por si no lo conocen, les presento a Purranki Sandongui. Un genio.
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Definición de gato. Un gato es un animal así: Yo me tumbo en el sofá. El gato se tumba en el suelo. El que envidia la comodidad del otro soy yo.
Su blog es
3l Potadero de Bleturge, aunque también pueden leer su columna semanal en
Libro de Notas, que se llama
Trastornos del sueño. Yo les aconsejo que lean por lo menos la de esta semana,
Wei wu wei.
Ayer me preguntó una compañera si conocía alguna forma de encontrar el número de teléfono móvil de alguien. Le dije que no, pero que podía intentar encontrar a esa persona a través de internet. Busca en las Páginas Amarillas, le dije, a ver si tiene teléfono fijo. Y si no, simplemente usa Google. Pon los apellidos entrecomillados y el nombre aparte, porque puede estar tanto antes como después. A lo mejor tienes suerte.
No sé si la habrá encontrado. Era una antigua amiga del colegio a quien no veía desde hace muchos años. Algo de lo más habitual.
El caso es que después de eso me quedé pensando en qué pasaría si alguien quisiera buscarme a mí. E hice la prueba. Y la respuesta es que no me encontraría. Mi yo del mundo real, con nombre y apellidos, no existe en internet. Sí existo yo, con mi imagen real y cualquiera podría encontrarme por casualidad, igual que existo con todos los seudónimos que he ido tomando a lo largo de estos años. Algunos de ellos incluso han traspasados las fronteras y existen en el mundo real. Pero la cuestión es que, a pesar de no haber ocultado nunca mi identidad en la red, una persona que sólo me conociera de antes de internet, y por tanto con mi identidad de DNI, no podría encontrarme.
Al principio mi descubrimiento me sorprendió un poco. Luego me pareció bastante lógico, a ver por qué tendría que estar yo en internet con mis apellidos si nunca los uso aquí. Y en el fondo hasta me gustó un poco. Me ayuda a controlar la ligera esquizofrenia que me podría producir tanto alter ego. Sobre todo porque con todos ellos me siento más o menos identificada. Si fueran más ajenos sería más sencillo. Pero todos soy yo y eso es a veces lo malo.
Empecé a usar internet para algo más que consultar cosas en abril del año 2001. Digamos que empecé a interactuar en lugar de limitarme a leer. Fue cuando descubrí la extinta lista de correo de la Escuela de Escritores (que por aquel entonces aún no era la Escuela de Escritores, pero ésa es otra historia), mientras buscaba información para el trabajo final de una asignatura de libre elección de la carrera. Para mí aquello fue una especie de revelación, eso de conocer a gente a través de internet. Todavía no era tan habitual como ahora. El día que conocí en persona a muchos de mis colisteros, en septiembre de ese mismo año, Berna me bautizó como de casualidad.
Soy Ana, le dije cuando nos presentaron. ¿Qué Ana?, me dijo, esa pregunta que me lleva persiguiendo toda la vida. No me acuerdo de cómo le intenté explicar, pero sí que ella me dijo a continuación: ¡Ah, Ana Saturno 7!. Le dije que sí y a partir de ese momento fui Ana Saturno. No sé si alguna de las dos se daría cuenta en ese momento de que acabábamos de crear el primer alter ego de mi vida y el más duradero. Desde entonces, en Internet y para mis amigos los escritores, soy Ana Saturno.
Lo de Saturno, por cierto, es casualidad. Un día que tenía que crearme una dirección de correo no sabía qué poner y acabé cogiendo una de las cintas que tenía a mano. Resultó ser el Devil Hopping de los Inspiral Carpets. Por aquel entonces Saturn 5 y Just wednesday se disputaban el honor de ser mi canción preferida del disco, y la verdad es que Just wednesday no era un título demasiado inspirador. Así que cogí Saturn 5 y le cambié el 5 por el 7, simplemente por gusto. Como la dirección de saturn7 estaba cogida, me pasé al español. Y ha durado.
Unos años más tarde, mientras hacía el proyecto de fin de carrera, consulté muy a menudo los foros de CodeGuru y usaba esta imagen como avatar:
Aquella también fue una buena época de mi yo en internet. La gente que pululaba por los foros me ayudó a sobrevivir a un trabajo en el que no había absolutamente nada que hacer. Fueron tres meses. Ahora, al cabo de los años, después de que Víctor me bautizara hace unas semanas como Ana Pinchadiscos y me apareciera un nuevo alter ego, he tenido a ratos la sensación de que se estaba cerrando un círculo imaginario.
Tengo más imágenes en internet:
La de mi perfil en Blogger, la de mi perfil en Flickr y la de mi usuario de Hotmail.
Y sólo falta mi última personalidad, la única que no tiene un nombre casual. Es la que lleva el apellido de mi abuela materna, Mujica. Lo uso para escribir, algo de lo que nunca había hablado aquí hasta que decidí romper la costumbre con el fotógrafo de recuerdos que escribí hace un par de días.
No sé por qué me he soltado todo este rollo, pero de todas formas me da igual. Ahora que parece que me vuelven las ganas de escribir, no voy a dejarlas pasar, aunque sea escribiendo parrafadas soporiombligistas.
No cambien de canal. En breve volveremos a la emisión habitual.
Hace un ratito escuché por primera vez la nueva canción de los White Stripes. Kyle (o al menos creo que se llama así) la grabó de la radio y la colgó en su blog, Shameless Complacency. Digamos que la escucha fue esperanzadora: la canción no me entusiasma tanto como otras de ellos, pero tiene fuerza y energía y eso me hace pensar que el disco me gustará cuando salga.
Después de eso me armé de valor y ahora estoy escuchando el disco de los Arctic Monkeys, que llevaba varias semanas esperando por mí en el disco duro. Eso es algo que no deja de ser curioso, teniendo en cuenta que salió en UK este lunes y ellos aseguraban en el Rockdelux de abril que esta vez el disco no estaba en internet antes de su salida. Internet es lo que tiene, que uno cada vez tiene que ser más cauto en lo que dice porque podría no ser verdad, o al menos no tan tajante.
Recuerdo la primera vez que escuché Dancing shoes o I bet you look good on the dancefloor. Fue un subidón de adrenalina instantáneo. Ahora, sin embargo, he estado todos estos días mirando el disco nuevo con recelo. Lo miraba y le decía "mira, chico, es que sé que no me vas a sorprender". Y aunque me ponía ojitos y me enseñaba su portada, tan mona, yo seguía en mis trece. Al final hoy decidí que ya estaba bien de hacerlo esperar, pero a la altura de la canción 7 sigo pensando que yo tenía razón. No hay nada nuevo bajo el sol y lo que hay no supera lo que ya había. Es uno de esos casos en los que acabo pensando que cualquier disco pasado fue mejor y que si tuviera los dos en casa éste terminaría cogiendo polvo en la estantería.
De todas formas, quedan otras 5 canciones que pueden hacerme cambiar de opinión. Habrá actualización, pues.
Para terminar de celebrar el Día del Libro, aquí tienen el tercer mix del año. Empieza melancólico, sigue animado y termina optimista. Por qué no.
Las canciones:
1. Inspiral Carpets - This is how it feels
2. The Only Ones - Another girl, another planet
3. The Clash - Rock the casbah
4. Robbers on High Street - The fatalist
5. The Detroit Cobras - As long as I have you
6. The Living Things - Bom bom bom
7. Pop Levi - Sugar assault me now
8. Teddybears - Cobrastyle
9. Purple Crush - Shopping on the dancefloor
10. The Feeling - Love it when you call (Lo-Fi-FNK Remix)
11. Sahara Hotnights - Cheek to cheek
El mix.
Vamos por el cuarto mes del año y llevo subidos 3 mixes. Estoy de lo más orgullosa de mí misma. Por cierto, llevo varias semanas pensando que tengo que escuchar de nuevo el disco de Loquillo que anda por algún sitio en casa, porque estoy segura de que en alguna canción se inspiraron en la de los Only Ones que pongo en el mix. Lo malo es que no me acuerdo de en cuál.
Se admiten apuestas.
Este señor tan encantador se ha encargado de decirme hace un momento que Bloglines está caído. En viernes. Terrible, verdaderamente terrible.
Propongo que Internet tenga leyes y sanciones para los que no las cumplan. La primera va a ser la siguiente: "Ningún agregador de feeds ni proveedor de correo electrónico puede estar caído en viernes". Propongo también que sea la única.
En fin, que ya se imaginan mi estado de ánimo de hoy. Lazy.
Como no tengo mucho que contar, les diré que otro de esos grupos con cantantes de voz memorable y canciones que te encogen el corazón ha sacado nuevo disco. Me refiero a The Clientele, que en el 2005 publicaron un disco precioso de verdad que se llamó Strange Geometry (y que nosotros compramos en Escridiscos). El nuevo se llama God save the Clientele y en mi primera escucha me ha parecido tan bueno como el anterior, aunque para una crítica razonada, lean esta entrada de Obscure Sound, que es un blog de música fantástico y con muy buen gusto. Eso sí, escuchen también esta canción del disco anterior, aunque ya estaba en un antiguo mix, pero fue la que me hizo empezar a escuchar a este grupo: Since K got over me (mp3). Si puedo subiré (I can't seem to) Make you mine este fin de semana, que también es muy buena.
Aparte de eso, he estado escuchando los discos nuevos de Manic Street Preachers (regular), The Detroit Cobras (muy bueno, como todos los suyos) y Travis (pichí pichá). Los que tengo pendientes se me acumulan y encima no paro de escuchar cosas antiguas, así que ya les iré contando poco a poco.
Tengo la sensación de que volveré a escribir pronto, pero por si acaso, feliz fin de semana a todos.
Ya sé que llevo mucho tiempo como el patito de esta foto que encontré en Flickr. No sé muy bien si dormida o escondida, pero el caso es que no he encontrado nada interesante que decir durante la última quincena. Quizá sea cuestión de tiempo, no lo sé.
El primer mes de la primavera está a punto de concluir sin que el mundo se haya hundido más que lo de costumbre. Kurt Vonnegut ha muerto antes de que yo llegara a leer ninguno de sus libros, pero sí leí estas reglas para escribir ficción que me parecen muy inteligentes. Ha habido artículos más o menos interesantes sobre barbaridades conocidas o nuevas, o incluso sobre cosas que dan risa cuando no hay gente estafada de por medio o caraduras chupando del bote. También reflexiones sobre conflictos nuevos (1 y 2) de los que seguro que oiremos hablar.
Además, la televisión ha seguido ofreciéndonos la bochornosa decadencia de costumbre, de la que últimamente sólo se salvan algunas series estadounidenses y aquellos que ya no estarán en pantalla y supieron irse con elegancia. Santiago Segura ha estrenado el programa más bochornoso que he visto últimamente y Refo escribió una entrada en la que explica bien clarito por qué. Hoy me he enterado de que TVE va a reducir la emisión diaria de Miradas 2, un programa magnífico, así que espero que Brainiac, que empieza mañana en Cuatro, suba un poco el nivel. Ahora mismo, está por los suelos.
Mientras tanto, The National han publicado su nuevo disco, The boxer, que tiene una portada maravillosa y del que pueden escuchar aquí su primer single, Fake empire (mp3). Por lo que he oído hasta ahora, no supera el Alligator, pero es que eso era muy difícil. De todas formas, tengo que oírlo un poco más.
Los Artic Monkeys también publican disco nuevo, pero aún no lo he escuchado, y por alguna extraña razón me está dando bastante pereza hacerlo.
Yo sigo preparando la sesión de esta noche, porque hoy vuelvo a pinchar en el Rooming, e intentando limar los fallos que tengo. Lo de hacer mezclas y esas cosas vendrá más adelante, si es que llega, porque ahora lo que me importa es que las sesiones sean consistentes y no tener fallos como los dos que tuve el otro día. El primero, bastante estúpido, fue dejarme abierto el canal por donde estaba escuchando la siguiente canción que iba a poner mientras sonaba otra. Por suerte no estuve mucho rato oyéndola y creo que no se notó mucho. El segundo fue equivocarme de número en la canción de uno de los discos y no comprobar si era ésa antes de ponerla. Eso fue por boba. Cuando empezó, bajé el volumen discretamente y salté a la siguiente, o sea, una cutrada total, pero qué le vamos a hacer.
Para la semana que viene intentaré subir un mix o contar algo un poco más interesante. ¿El tiempo? Nublado. Todas las mañanas el sol sale radiante a las siete y media, pero en cuanto dan las once se esconde para no enfrentarse al mediodía. Se ve que ha visto las noticias sobre el cambio climático y ha decidido contribuir con su pequeño ahorro de energía.