7.7.08

variedad de lunes (iv)

El sábado me avisaron de que Mediafire había borrado el Mix 13 de este año de Los Latidos. No sé muy bien cómo funciona el asunto, pero creo que para que este tipo de servidores borren un archivo alguien tiene que quejarse primero. Si es así, hay algún grupo de los que incluí que no quiere que una de sus canciones se difunda por la red. Y que, por cierto, prefirió quejarse del archivo a Mediafire en lugar de solicitar aquí que lo borrara.

Como soy cabezota, lo volví a subir, aprovechando que Sharebee hoy está funcionando. El enlace nuevo es éste, pero de todas formas he actualizado la entrada correspondiente.

He escuchado un par de veces el disco de Black Kids. Las primeras canciones, Hit the heartbreaks incluida, me ponen un poco nerviosa, se me hacen demasiado chillonas, pero a partir de la cuarta la cosa empieza a parecer un disco de pop arrebatador que se deja escuchar bastante bien. Tengo la sensación de que esa canción, Hurricane Jane, supone un punto y seguido en el disco. Empieza mucho más tranquila que las otras y de alguna manera es como si hubieran soltado el acelerador, lo que se agradece mucho. Hay algunas canciones que me gustan mucho, como I'm making eyes at you, I've understimated my charm (again) o I wanna be your limousine. Sin contar, claro está, mi preferida, que sigue siendo I'm not gonna teach your boyfriend how to dance with you. Ya van meses y sigo enganchada a ella.

Para celebrar que el disco no me ha decepcionado como yo temía, aquí dejo un vídeo que vi hace unos meses en 5 acts y me encantó:


Bueno, para celebrar eso y que ésta es mi última semana antes de las vacaciones, por fin.

Después de un tiempo de incertidumbre, al final no voy a tener que escoger en la famosa guerra de los festivales. Ni FIB ni Summercase ni Noche FIB en Madrid. Nos vamos a París una semanita. Yo vuelvo después de 12 años, cuando fui 20 días a perfeccionar el francés y esas cosas. Siempre he pensado que no aproveché todo lo que debía aquel viaje. Al contrario que en Londres, no aprendí a moverme bien por París. No sé si me limitaba el idioma, que hasta ese momento no había hablado mucho, aunque sí escrito y leído, o fue más un problema emocional, pero la cuestión es que me fui de allí con la sensación de no haber sabido captar la esencia de la ciudad. Mis recuerdos, además, se han ido desdibujando con el tiempo y ahora son casi una laguna mental, a excepción de algunos momentos aislados que sí supusieron un impacto considerable, como la visión de la Victoria de Samotracia en el Louvre. Así que me siento como si fuera a ir por primera vez. Sé que va a ser una mezcla entre descubrir y redescubrir la ciudad y cualquiera de las dos cosas me parece igual de sugerente. Hasta el viernes, cuando se producirá una nueva desconexión temporal de Los Latidos, agradecería cualquier sugerencia sobre sitios a visitar y lugares que uno no se debe perder.

Cuando escribo estas entradas variadas, aparte de para no saturar el blog con entradas independientes, es para hablar de las cosas que me han llamado la atención en otros blogs. Lo malo es que hay días, como hoy, en las que todo lo que ha reclamado un poco mi atención han sido malas noticias, o cosas que me cabrean y de las que no me apetece hablar. Compárense, por ejemplo, estas dos entradas: una y dos. A mí los giros a la izquierda del PSOE hacen que me dé la risa floja, pero al menos el chiste me ha hecho gracia:
Dicen que es mejor reír y supongo que lo necesito últimamente, cuando me doy cuenta de que el mundo sigue empeñado en virar hacia el lado contrario de lo que me gustaría en más materias de las que sospechaba. Me cabrean las instrumentalizaciones del lenguaje por parte de unos y otros. Me desespera comprobar que mi concepto del feminismo no tiene nada que ver con eso que ahora llaman defender la igualdad. Ni siquiera la igualdad de la que tanto hablan es la misma en la que creo yo. Y no entiendo cómo hemos llegado a este punto en el que la realidad de la que intentan rodearnos es cada día más y más banal, mientras la auténtica realidad de la que deberíamos hablar está cada día más y más oculta. Sólo hay un pensamiento, entre todos los rayos y centellas que pueblan mi cabeza al pensar en estas cosas, que no me permito; y ése es: "igual soy yo". No. Si hay algo que tengo claro es que no soy yo, es el sistema. Y aunque sólo sea esa certeza lo que me queda, la mantendré firme como una roca. En algún sitio hay que apoyarse.

Mientras tanto, para seguir con la política de que es mejor reír, les recomiendo la serie que está publicando Zits sobre padres y ensayos musicales. Aparte de un par de avisos anteriores (más atrás en el tiempo tambien los hay), la primera de la serie es esta tira, y a partir de aquí, sólo tienen que pinchar en next>>.

En días como hoy, hace mucha falta.

2 comentarios:

__ dijo...

El Gibus ha sido siempre el templo o la catedral. Desconozco si pasa por sus mejores momentos, pero ahora profundiza en el techno que te puede interesar. http://www.gibus.fr/

En cualquier caso y por limitaciones con el francés, donde siempre me lo he pasado mejor ha sido en las escaleras del Sena, escuchando a los músicos callejeros con unas cuantas cervezas. A veces se forman verdaderos conciertos que no desmerecen.

¡Qué lo pases bien!

Ana Saturno dijo...

Muchas gracias por la recomendación.

Es curioso lo de los músicos callejeros, porque los pocos recuerdos nítidos que conservo están llenos de ellos. En la plaza del Pompidou (el lugar donde más tiempo pasé), en las escaleras de Montmartre y en un bar al que llegamos por casualidad y en el que estaban tocando dos chicos españoles. Veremos qué pasa esta vez.

Saludos