los más grandes

Acabo de leer que Mortadelo y Filemón cumplen 50 añitos. Siempre han sido mis personajes de cómic preferidos, junto con Mafalda, aunque no sé por qué siempre los tenía como en categorías distintas.

De pequeña, Mafalda se comparaba con Snoopy, Garfield y otros en formato de libro pequeño que me prestaba mi tía. Los de Mafalda no, ésos eran míos, aunque también fue ella quien me regaló el primero. Mortadelo y Filemón se comparaban con Zipi y Zape, 13 Rue del Percebe y los demás de Ediciones B. Había una categoría más, la de Asterix y Tintín, en la que ganaba el primero. Pero desde luego nunca, jamás, me reí tanto con ninguno de ellos como con Mortadelo y Filemón.

En general cada Super Humor que teníamos mi hermano y yo, que nos prestaban, que nos intercambiábamos con nuestros amigos, contenía más carcajadas por página de las que podíamos encontrar en cualquier otro sitio. No sé ni cuantas noches habré pasado leyéndolos a escondidas (porque era tarde y al día siguiente había colegio) y haciendo esfuerzos titánicos para que no me oyeran reír.

Igual que me pasa con Mafalda, puedo identificar perfectamente el chiste que más veces me hizo reír. Risa a carcajadas, compulsiva, de la que no puedes detener por mucho que lo intentes. Era en uno de los mundiales, tendré que mirarlo en casa para saber cuál exactamente. Cuando están preparando el avión en el que viajan los jugadores, va entrando gente en trompa y arrollan a una azafata rubia una y otra vez. Cada vez que la pobre se recompone el sombrerito, el pelo y el uniforme, vuelve a atropellarla otra avalancha humana.

Ya ven, es un chiste muy simple. Pero yo no podía ni abrir la página sin empezar a reírme de nuevo. Por muchas veces que lo hubiera leído. Supongo que ahí está la grandeza de los verdaderos magos del humor. En coger las situaciones más sencillas y convertirlas en un chiste que el lector recordará toda la vida.